jueves, 14 de febrero de 2019

Tolosa es mi cuna

A los diez años me tuve que ir de Tolosa, por motivos de trabajo de mi padre. Fuimos a Mollerussa en Lleida, donde viví el final de mi niñez y parte  de mi adolescencia. Pero otra vez por motivos laborales nos mudamos. Acabamos en un pueblecito de Aragón. Donde vivo actualmente.  
Me lo hicieron pasar muy mal. Yo no era muya agraciada físicamente, estaba algo gordita,  y para colmo era extremadamente tímida.  Se me reían e intentaban ridiculizarme por todo, hasta por  ser vasca. Así nació este poema... para reivindicar mis orígenes y que vieran que no me avergonzaba. La publicaron en la revista del instituto, creo recordar.  ( Ahora a lo mejor hería alguna susceptibilidad, todo más lejos de mi intención. Entonces y ahora.)



A orillas del Oria
nacía una noche
en un verde campo adormecido
cubierto de blanca nieve.

Aun el eco se oía de las panderetas,
las zambombas, zumbaban
tímidas
muy bajito,

En un campo verde,
al pie de un gran monte,
el agua fluía en el riachuelo, clara y f resquita,
al Oria moría.

Aquella es mi tierra
lo digo bien alto;
Tolosa es mi cuna
mi patria querida,
que después de España 
es la que más quiero.




El príncipe despistado


En un lejano país vivía un príncipe llamado Darío. 
 Un día su padre, el rey, le regaló un anillo, un precioso anillo de diamantes.
Y le dijo:
- Este anillo me lo regaló mi padre, a mi padre se lo regaló su padre y así generación tras generación
Es un anillo real, no debes perderlo.

Darío, el príncipe, estaba muy contento con su anillo y tenía mucho cuidado para no perderlo.
Pero una mañana se levantó, se lavó, se puso la ropa y fue a coger su anillo de la caja y ...
¡Oh, no! ¡El anillo no estaba en su sitio!
Recordó que el día anterior se lo había quitado para coger una piedra del estanque.
Bajó corriendo las escaleras. En el jardín, miró hacia las ventanas por si alguien miraba, oyó un ruido y miró hacia el suelo. Dio  vueltas al estanque. Pero no estaba.
Miró por encima de los árboles. por debajo de las piedras, a la izquierda, a la derecha... Dio mil vueltas al jardín y nada; no lo encontró.
Se sentó y se puso a llorar cuando se le presentó un duende:
- Ahora lloras, ¿eh?- dijo el duende.
- ¿Has encontrado mi anillo? - le preguntó Darío.
- Soy el duende travieso, no te lo daré si no haces lo que yo quiera.
- Si me lo das- suplicó Darío- haré lo que quieras.
El duende se echó a reír a carcajadas...
- Mira esta piedra- señaló al suelo- a que no la traes hasta aquí en sólo tres soplidos.
- ¡Está muy lejos! -protestó- pero lo intentaré.
El duende vio que era fácil y le pidió hacerlo en siete soplidos.
- ¡ Son muchos para tan poco trozo! - pero también lo consiguió.
Como vio que lo de soplar se le daba bien, le puso otra prueba...
- A ver, listillo, a que no sabes decirme palabras que empiecen por ar...
El príncipe logró decirle las palabras pero le pidió que siguiera por la er... ir... or... ur... 
Y como Darío lo adivinó todo, al final le dio el anillo y desapareció.
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¿Qué Trabajamos? 
miraba= lengua arriba, suelo= lengua abajo, estanque= lengua alrededor de la boca.
encina= lengua arriba, abajo= lengua abajo, izquierda= lengua izquierda, derecha= lengua derecha.
vueltas= lengua alrededor de la lengua.
tres soplidos: soplidos suave, una pelotita de papel, con la boca, con una paja, con la nariz.
siete soplidos: soplido fuerte,una pelotita de papel, con la boca, con una paja, con la nariz.
Al final se trabaja la "r" inversa con palabras que empiezan por los sonidos ar, er, ir, or, ur ( armario, arpa, arpón, hermano, hermoso, Ernesto, irnos, Irlanda, hormiga, hortalizas, hormigón, urbano, urticaria, hurto...). Yo trabajaba las palabras antes, así luego se acordaba de casi todas y era mayor el triunfo frente al duende. Con este cuento mi hijo tenía 5 años.

¿Te ha gustado el cuento?
¿Qué piensas de las actividades?
¿Qué hubieras planteado tú?

Anímate a darme tu opinión. Todavía los uso, en clase, en ocasiones, y todas las ideas son bienvenidas.


Cuentos para hablar y aprender

Cuando mi hijo pequeño iba a infantil el logopeda me dijo que debía hacer con él una serie de ejercicios de praxias faciales. Tenía problemas para pronunciar la "r. Me resultaba muy difícil hacerlo, ya que en cuanto le pedía que hiciéramos esto o aquello se negaba en redondo. 
Una compañera logopeda me enseñó un libro, lo ojeé. Eran cuentos que en medio de la narración incluían las praxias y ejercicios necesarios para resolver problemas del habla.
Para reyes les regalé un juego cuento. Era como un libro pero al abrirlo se convertía en un castillo y llevaba hasta personajes para jugar.
Ahí se me encendió la bombilla. Ese castillo le encantaba y yo podía inventarme cuentos para jugar con él. Cuentos en ese escenario, cuentos preparados para pasarlo bien y aprender.

Cuentos para hablar, esa etiqueta, reunirá los cuentos que escribí para mi hijo y cómo los utilizaba. 
En ningún momento quiero pasar por encima del autor de innumerables cuentos de esta temática, de los que uno me sirvió de modelo para inventar los míos.

Aquí te dejo el enlace del Blog de Juan  Carlos Ariaza Mayas, autor de los cuentos de los que te hablo. 

domingo, 3 de febrero de 2019

Un veintiséis de mayo cualquiera...

Para mí, el 26 de mayo del 2017, no fue un día cualquiera. A las 8 de la mañana estaba en la consulta de un patólogo para hacerme la prueba del "ganglio centinela" y a las 6 de la tarde entraba en quirófano para operme de un cáncer de mama.
Ya han pasado unos días... ( pensaba que a estas alturas sería más fácil escribir sobre lo que pasé).

Desde ese día no soy la misma. Algo en mi cabeza hizo clic. Desde ese día siento una necesidad imperiosa de conocer a gente que como yo haya pasado por esto.
En la red hay mucha información y muchos lugares donde mujeres con cáncer de mama cuentan su experiencia.

Pero siento que yo no encajo allí. 
Yo no he perdido la mama,
no han tenido que reconstruirme,
no he recibido quimio.

Pasé por quirófano y salí sin un tumor.
Una infección postoperatoria
me tuvo casi dos meses a cura diaria
con las heridas abiertas como bocas
con dolores que prefiero no recordar.
Después veinte días de radio.
Pecho y axilas negras.
Imposible vestirme.
Desde entoces, 
terapia hormonal.


Cuando salgo a la calle
me dicen incrédulos
¿Qué bien te veo?

La verdad 
después de la radio,
unos seis meses después
de operarme,
aparentemente
estoy bien
de aspecto.

Otra cosa es como me siento por dentro
dolores en la 
mama 
y axila.
Dolores articulatorios,
sueño interminente,
atención y concentración
con esfuerzo.

¿Qué suerte has tenido?
Eso me dicen.


Espero que me encuentres. Tú que has pasado por lo mismo que yo. Y me cuentes como te encuentras. Te espero.

 Yo, por mi parte, tengo ganas de cumplir alguno de los sueños que siempre he tenido. Por eso retomo este blog que empecé hace tiempo. 
Aquí escribiré lo que sienta, lo que me proponga como reto y desempolvaré mis viejos poemas y cuentos y los expondré a las críticas. Y, si consigo volver a tocar el piano, cosa que hace tiempo que no hago, subiré algún audio para compartirlo. 

 Mi cabeza necesita estar activa
más allá de las horas de trabajo.
Te necesito a tí,
conmigo,
compartiendo
todo aquello que quieras compartir conmigo.
Jose Lezcano