sábado, 14 de diciembre de 2019

A TI, PEQUEÑO GORRIÓN

El personaje de este cuento no es un príncipe encantado ni una princesita enamorada.Tampoco es una flor de primavera ni el viejo abeto del bosque perdido.
     Nuestro protagonista es un gorrión, un pequeño gorrioncito que vivía feliz y contento entre sus amigos, hasta que un día decidió ser gaviota.
   Siempre había sido alegre y vivaracho, mirando hacia adelante con la cabeza bien alta; viendo primero el lado bueno de las cosas y acordándose lo menos posible de los malos momentos.
Siempre con una sonrisa en los labios era envidiado por muchos en los  que, por el contrario a él,nunca brillaba la alegría en su corazón.
   Pero un día, nuestro pequeño gorrión, viendo el vuelo suave y elegante de una gaviota quiso intentar llegar a ser como ellas; pensó subir hasta el sol, volando tan alto como sus fuerzas le permitieran, y arrancarle un rayito de luz.
Siguió siendo el mismo de todos los días, sin embargo sus amigos se daban cuenta que esta idea iba más allá de ser un tonto capricho.

   
Desde el árbol más alto del bosque, pasó largas horas observando las gaviotas; entrenaba todos sus ratos libres para conseguir un vuelo altivo y majestuoso. Incansable, día a día, volvía a intentar alcanzar el sol.
Poco a poco iba convirtiéndose en una obsesión contra la que no podía luchar.
  Por más que lo intentó, un día se dio cuenta que no era más que un sueño que había intentado llevar a la realidad.
Una mañana que madrugó para irse a entrenar, al acercarse al río, vio en él su silueta reflejada, la miró y pensó:
- Para gorrión, ¡no estoy nada mal!
   Y, desde aquel día, vuelve a ser el mismo de antes,orgulloso y feliz de ser un pequeño gorrión del bosque.
Yo, ya no he vuelto a oír hablar de nuestro pequeño amigo, ya nadie comenta:
-¡Vaya estúpida idea esa de ser gaviota!

Sin embargo, creo yo, que fue un bonito sueño mientras duró, ¿verdad?. Y ahora seguro está intentando vivir un nuevo sueño.
Porque, al fin y al cabo, la vida, si sabemos vivirla, puede ser el sueño más hermoso; una historia feliz interminable. Y tú, pequeño gorrión, eres el mejor candidato para ser protagonista de esa historia.
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Escrita en junio de 1988


#52 Retos Literup 
Reto #25:"Personaliza uno de los siete pecados capitales y escribe un relato sobre su intento de cambiar"
Pereza, procrastinar ¿la misma cosa?

Pereza. Eso soy. Eso me dicen. Voy al trabajo e incluso disfruto en él. Pero es una necesidad. Hay que comer y pagar la hipoteca. Pero al volver a casa... ¡puffff! todo se me hace un mundo. Enciendo la tele. Me siento en el sofá.¡ El mundo puede esperar!. Y así un día y otro más.
Odio ser un  pecado. Un pecado capital, ¡nada menos!
Yo ahora lo estoy intentando. Cambiar quiero decir. Me hago horarios llenando el tiempo con actividades varias: limpiar en casa, quedar con amigos, hacer ejercicio, leer... y es todo una obligación a cumplir.  Y me siento en el sofá y controlo el tiempo para no pasarme, ¡Qué estrés!
Hay noches que de tanta actividad no puedo dormir.
Buscando en Internet, mi "amigo" google tiene respuestas para todo, acabo de descubrir que ya no se dice pereza, ahora lo llaman procrastinar,dejarlo todo para luego, para el último momento, cuando el tiempo te pisa los talones.
¿Me habré vencido a mi misma? ¿El cambio de nombre me hace desaparecer? si te digo la verdad, ahora que estamos solos, no hago otra cosa que pensar en mi sofá, mi manta y la tele. Y ver pasar las horas...(Creo que estoy entrando en bucle).


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Aunque encontré el reto tarde y este año no he podido participar, he intentado cumplir mi propio reto y estos dos meses he publicado el correspondiente relato. No he elegido para esta vez un tema fácil, pero ahí está el intento. Ahí lo dejo.
A ver si en 2020 vuelven a proponer el reto



lunes, 9 de diciembre de 2019

Reto diciembre 5 líneas Adella Brac



Reto diciembre 5 líneas Adella Brac :turistas, descanso, caminé


El otro lado de la moneda
Caminé sin descanso por el paseo. Quería huir de turistas, de tanta felicidad; no podía con tantas risas, conversaciones jocosas, niños corriendo entre la gente... Llegué hasta el final del paseo, más allá. Yo vivía allí todo el año, sin vacaciones. Sobrevivía. Pasarían largas semanas para poder disfrutar de nuevo de la tranquilidad de mi playa. Mi pueblo. (¡con campanas este día hay que festejar!-pensé.)

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