jueves, 28 de diciembre de 2023

Poquito a poquito

Jirafita  huyó con su familia de la selva en la que vivía tras un enorme incendio que nadie sabe cómo empezó. Todos los animales corrieron despavoridos en busca de un nuevo lugar para vivir. 
Aunque echaba de menos su antigua casa, su nueva selva era bastante acogedora. 
Estaba contenta. En la escuela de animales se sentía a gusto. No era para nada el centro de atención, cosa que odiaba. Pasaba desapercibida a pesar de su altura. 

Gracias a su largo cuello, veía más allá que los demás. Hacía días que notaba
cómo el gran orangután blanco, llegaba con una sonrisa de oreja a oreja y poco a poco se desdibujaba por completo. Blanquino entregaba todos los días su almuerzo a Pumuki y después vagaba entre los árboles cabizbajo. Ese día pensó en acercarse a él, en cuanto lo viera,  y darle un abrazo. 
Nada más verle entrar al recinto escolar se acercó a él. Blanquino le regaló una de sus sonrisas y no se despegaron en todo el día. Almorzaron juntos y como vivían cerca volvieron a casa sin dejar de reír y contarse cosas. 

Al día siguiente, Jirafita se acercó a Cebrina que  se escondía tras los arbustos día sí y día también. Le iba a preguntar qué le pasaba cuando notó por su lomo un frío inesperado y en su cuello se empezó a enroscar el cuerpo  de Pitonisa:
—¡Por qué te metes, cuellilargo, donde nadie te llama!
Pero antes de poder contestar se acercó Blanquino con su amigo  Melenas y la pitón se fue volviendo la cabeza amenazante. 
¡Vaya!,  resultaba que el león había perdido las melenas por una broma de Pitonisa y sus amigos,  y ahora le daba miedo ir solo por la selva. 

Jirafita era feliz rodeada de sus nuevos amigos con los que charlar en el cole, ir y venir a casa y jugar en el tiempo libre. Sin embargo, con su largo cuello, seguía viendo como Pitonisa y Pumuki imponían su tiranía en el corazón de la selva. 

Algunos animales se hacían los despistados, con ellos no iba  nada y otros parecían invisibles, nadie quería ver lo que les pasaba. Y mientras,  una panda de  cuatro valentones se hacían dueños de cada rincón de sus vidas. 


Pero poco a poco todo empezó a cambiar sutilmente. El grupo de amigos de Jirafita iba aumentando, y se ayudaban a crecer entre sí. 
Se habían dado cuenta que si iban varios juntos, Pitonisa y su panda les molestaban menos. Así que procuraban ir en grupo. Y estar atentos por si alguien necesitaba ayuda.


Trompas llegó un día nuevo al colegio. Jirafita creía recordarlo de su antigua selva y cuando se dirigía a saludarlo Pumuki se interpuso en su camino.
—Creo  que Pitonisa quiere darle la bienvenida. Te aconsejo que no te interpongas, piernas largas.
—Pues,  yo "creo" que te equivocas. Veo a Blanquino y Cebrina riéndose con el nuevo. ¿Dónde dices que está tu amiga?

Se fue esquivándolo y estirándose todo lo que podía. Por supuesto que tenía las piernas largas. 
—¡Larguísimas! —diría ella.

El elefante recién venido enseguida atrajo a media selva. Era graciosísimo y todos se divertían mucho con él.

la selva iba cambiando de sol a sol. Los despistados cada día reconocían a más invisibles y estos habían hecho de la unión su arma invencible. Estaban convirtiendo el patio de su recreo en un lugar seguro, de todos y para todos. De todas y para todas.
Todos tenía su hueco en el tiempo libre: unas contaban historias, otros se sabían muchos juegos, a veces cantaban todos juntos o se inventaban una nueva diversión. Cada cual tenía diferentes ideas y se agrupaban según el día y lo que les apetecía. 
"La panda de Pitonisa" se había reducido a la pitón y al puma. Había días que se les veía aburridos, enfadados, rabiosos... No encontraban oportunidad para seguir amedrantando a los demás. Nunca nadie estaba solo el tiempo suficiente. En cuanto se acercaban a cualquier animal, alguien  aparecía a su lado con la excusa de jugar, de hablar, le pedía ayuda para algo... 

Cuando Jirafita pudo volver a su selva, las cosas habían cambiado mucho. Todos eran importantes y todos tenían su espacio. Entre todos habían conseguido, con abrazos, sonrisas y compañerismo convertir su cole en un lugar único donde aprender y divertirse juntos unas y otros.
El cole y cada rincón de la selva eran ahora espacios de felicidad. 
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Esta es mi aportación al VadeReto de Diciembre.
Una idea interesante la que ha tenido nuestro anfitrión.
"Recuéntame un cuento"
Las fábulas de Jean de La Fontaine, más bien sus moralejas 
son nuestro punto de partida. 
¿Encuentras la moraleja en la que he querido basar mi cuento?

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17 comentarios:

  1. Interesting story for the end of the year.

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  2. Preciosa y muy necesaria Fábula, Jose.
    Su uso metafórico en un entorno escolar nos hace recordar lo necesario de la unión para enfrentar a los aprovechados, los que usan su fuerza como castigo y sumisión, y los que prefieren el miedo para imponerse.
    Yo veo las siguientes moralejas:
    - No menosprecies a los demás por sus diferencias.
    - Cada uno tiene sus propias fortalezas.
    - La ayuda mutua es valiosa.
    - incluso, La constancia supera a la velocidad. Dado que la Jirafa supo tener paciencia y perseverancia para cambiar las cosas.
    Muchas gracias por tu cuento y todos los mensajes que nos transmite.
    Que tengas un maravilloso final de Año y una entrada todavía más bonita. Que el 2024 se llene de sonrisas y buenos propósitos y que el Amor desplace de una vez por todas al Odio.
    Un Abrazo grande.

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    1. Yo habié pensado en "la ayuda mutua es valiosa" pero comosiempre, tú has desmenuzado el relato al máximo.
      Cuando viene al colegio la Guardia Civil para hablarles de este tema, siempres les dicen que ellos tienen el poder de pararlo. ¡Se buscan valientes!

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  3. ¡Hola, Jose! Una fábula ideal para recibir el 2024 con la esperanza de que al fin entendamos que solo la unión hace la fuerza y que esa unión se logra a partir del respeto y del reconocimiento del otro. Ojalá desaparezcan esas Pitonisa del mundo real y solo las encontremos en el mundo de la Ficción que es el único lugar donde las necesitamos. Un fuerte abrazo y Feliz 2024!!

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    1. Me uno a tu deseo, ¡ojalá esta sea la última vez que "Pitonisa" es protagonista.
      Saludos

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  4. Hola, Jose!! Me ha encantado tu fábula. La has narrado de una forma muy tierna, ojalá la lean muchos niños, niñas, madres, padres, profesores, profesoras…Porque desgraciadamente en los colegios siempre hay quienes son como Pitonisa, siempre intentando herir a los demás y hacerles sentir inferiores. Para mí la moraleja de tu fábula es: “No tengas miedo y únete a quienes parecen los débiles. No consientas que nadie los maltrate ni los haga daño. No los dejes solos, no mires hacia otro lado”. Ha sido un placer leerte, Jose. Espero que este nuevo año te traiga todo lo mejor. Un fuerte abrazo y feliz 2024!!

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    1. Ahh, y se me olvidó decirte, que no conocía la canción que compartes, y también me ha encantado!!

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  5. un bonito cuento, que me ha hecho pensar en esos documentales de áfrica que me encantan.
    siempre me he preguntado quién es el rey de la selva, si el elefante o el león. si yo fuera el león, no me atrevería a buscarle mucho las cosquillas al elefante...
    al final, en cualquier espacio de convivencia hay un lugar para todos y es posible llevarse bien.
    feliz 2024!! no pongo "saludos" ni "un saludo", es una fórmula que me resulta demasiado distante e incluso ligeramente hostil, manías que tiene uno. ;)

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  6. Sending you all our love today. I hope you have felt a little bit of warmth from my content this season. I feel so grateful to have the opportunity to share my creativity with you. Thank you for being here. ❤️🌲🎁

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  7. ¡Hola José! Ojalá todos los patios de los colegios fueran ese espacio de alegría, felicidad y compañerismo que has retratado al final de tu cuento.
    Un saludo.

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    1. Pues sí. Siembro esperanza con la ilusión de recoger frutos en un futuro próximo.
      Saludos

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  8. Uns elección preciosa la de la fábula. Besos

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  9. Precioso tu cuento para una fábula. Yo lo veo como un encuentro donde todos cabemos y todos tenemos un espacio común que es el mundo. Diversidad. Un abrazo.

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    1. Eso mismo. Diversidad, cada uno tiene su espacio si sabemos respetarnos.
      Saludos

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