sábado, 19 de julio de 2025

VadeReto Julio25

Creo que las premisas del reto de este mes no las he cumplido del todo. Lo que cuento es un hecho real y no he encontrado foto que lo acompañe. Al leerlo lo vais a entender. Espero que os guste.

 

¡Qué no se pierda la inocencia!

Tolosa, 17 de enero de 1972.-Un padre de familia encuentra, debajo de un seto, algo inesperado, mientras pasea a su pastor alemán.

El domingo 16 de enero, Ernesto salió a pasear a Esla, el pastor alemán que protege su casa situada en el campo.

Lo que parecía que iba a ser un tranquilo paseo por la nieve se convirtió en un misterio que le obligó a terminar prematuramente la salida matutina.   Sorprendido, ve como el can sale de debajo del seto, donde juguetea, con un sorprendente objeto entre los dientes.

Sube a casa y reúne a su familia en el salón. Uno a uno pregunta por lo ocurrido y en un primer momento parecen no saber nada.

Ernesto y su mujer se muestran enfadados, más bien defraudados. Les han mentido. Está claro.  

Al rato, los cuatro pequeños -de 8,6, 4 y 3 años- aparecen de la mano y se plantan frente a sus padres que están en el salón.

Marisé, la segunda, confiesa que metió el juego de dominó en el horno de la cocina económica para esconderlo de Juan, su hermano mayor, que nunca le deja sus juguetes. Ella tampoco pensaba compartir su último regalo de reyes.

Después de cenar fua a sacar las fichas del horno y se las encontró derretidas y en bloque. Pensó que si las congelaba, volvería a su forma natura(como pasa con el agua y el hielo). Así, que cuando su padre sale a pasear a Elsa, ella se baja con él y lo esconde en el seto. Por la noche nevará y se congelarán.

Padre y madre se miran serios. Los pequeños reflejan el miedo en sus ojos: sus padres amenazan con llamar a sus “majestades” y que se lleven todos los juguetes.

Sin poder aguantar más, rompen en una carcajada y se acercan a abrazar a sus hijos. Marisé llora desconsolada. ¡Pensó realmente que el dominó volvería a su estado natural!

Una vez más la travesura de una niña nos hace sonreír y desear que no pierdan la inocencia antes de tiempo.

Aquel día, la pequeña Marisé, aprendería que a veces es peor evitar lo inevitable. Frente a los hermanos mayores no siempre es fácil ganar. Una derrota, podría haber sido su victoria. 


1 comentario:

  1. el encanto de los niños radica en su inocencia para solucionar sus problemas.

    ha sido un relato corto pero muy agradable de leer.

    un abrazo.

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