jueves, 17 de septiembre de 2020

Un poco de veneno... ¡¡Y mala baba!!


No había nadie más. Creí que estaba sola.  Al entrar, frente a la puerta, la cortina del balcón se onduló sutilmente. Un olor espeso y agrío envolvía la habitación y moscas revoloteando alrededor del  cuerpo, en medio el salón, era la evidencia. ¿Cuántos días llevaría allí?
 Llamé por teléfono para que vinieran a buscar el cuerpo. Fui hasta la cocina, vi las escudillas junto a su cesto. Marina había cumplido con su promesa: 

—Tranquila, me pasaré un día sin otro y controlaré que esté bien.  —Ayer o anteayer, habría estado, no faltaba el agua y  comida.
La arenilla tampoco estaba sucia luego la había renovado ese mismo día. 

La despensilla del pasillo, donde Bertín guarda sus utensilios de limpieza estaba bien cerrado. A veces se deja la puerta abierta y Mififú ya nos ha dado más de un susto. ¡Lo que le gusta husmear entre polvos de limpieza!

¡Vaya vuelta a casa! Mi paso por el hospital había durado más de lo previsto. Y los días ausente se habían cobrado el peaje. Y eso que cada vez que cualquiera venía a visitarme les insistía en que no descuidaran a Mififú. Llevaba conmigo ya once años, era todo un viejito gatuno. 

Fui a mi cuarto a deshacerme de la bolsa de ropa que aun llevaba bien asida con la mano. Todas las puertas del pasillo estaban cerradas: Extraño. Dejo que pasee por la casa cuando no estoy, es un felino limpio y necesita su espacio cuando se encuentra solo. 
Suelo tener la ventana de mi habitación, además, entreabierta, ya que es su escape por los tejados. Entra y sale de la casa a menudo, le gusta tomar el sol en el tejado. (Cosas, que toda la gente que me ayudaba estos días sabía).

Era martes. Juana pasaba por casa. Abrir y cerrar ventanas y persianas, además de controlar la caldera del agua que a veces perdía gas y había que ventilar ...
 Así, entre unos y otros, prácticamente, todos los días ,en casa,  se veía movimiento. ¡Táctica anti-ocupas!

Oí un ruido en el salón. Solté, la bolsa, y salí. Esperaba encontrarme con Juana...

—Avisé a tu vecina el domingo. Mi madre se puso mala y no podré hacerme cargo de Mififú. Le dejo la llave. Los siento "cari". —Del teléfono se escuchaba la voz cálida de Marina.

—¡Hola, Casiana! Pensé que estaba sola cuando llegué.—Me miró sin decir nada. Con la mano todavía encima del botón de borrar, del contestador del teléfono. Seguramente se le había disparado sin querer.

Llamaron al portero de la calle, a la vez, Juana abría la puerta de casa con su llave. 
Del ayuntamiento, de la perrera,  vinieron a llevarse el cuerpo de mi mascota y Juana se las arregló con la vecina. Después de años protestando, ya no saltaría nunca más, mi gato, a su balcón. Me metí en la cama y dormí hasta la tarde. 
Al despertar, Bertín me esperaba en el salón. Con una taza de tila entre las manos escuché toda al historia.

 El día anterior, por la noche, mi vecina echó en las escudillas un veneno. Indoloro. Se excusó diciendo.  Dejó todo cerrado para que no pudiera escapar y dejara el menor rastro posible. Por la mañana, tempranito fue a limpiar las pistas que hubiera podido dejar. Pero, yo, había llegado demasiado pronto. 
Esperó escondida tras la cortina del salón, sin embargo, los nervios provocados por mi inesperada aparición le jugaron una mala pasada. Se anticipó saliendo demasiado pronto de su escondite.

Miré a Bertín a los ojos, mientras acariciaba el hueco del sofá, donde ahora estaría Mififú, acurrucado, a mi lado. Una lágrima resbaló por mi mejilla. 
👀👀👀👀👀👀👀👀👀👀👀👀

Reto#37: Escribe un relato policíaco que empiece con “No veía a nadie más. Creí que estaba sola”.   #52RetosLiterup

Una semana más, aquí está mi relato para el reto. NO es que me saque de mi zona de confort, es que hace semanas que no la veo por ningún lado. Los temas propuestos me superan, porque el tiempo es poco y son planteamientos a los que nunca me he enfrentado. Si no hiciera nada más, le dedicaría más tiempo al día a escribir. Pero trabajando y con familia y casa que sacar adelante, el tiempo es el que es. Pero me he propuesto acabar el reto, así que tengo que conformarme. Una vez más publico con retraso, pero ahí va. 
¿Qué os ha parecido?
¿Me acerco a los requerimientos del reto?
No dudes en dejarme tu opinión.


8 comentarios:

  1. Una historia muy realista y a la vez triste, como suelen serlo, le has dado un tono de calidez muy interesante y el final ha sido muy bonito. Los huecos vacios que dejan nuestras mascotas son complicados de rellenar y mas cuando no ha sido por su propia naturaleza. Un abrazo y gracias por esta linda historia.



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    1. Las mascotas solo son entendidas por los que las tienen. A veces nos parecen excesivos los cuidados que se les brindan. Pero para muchas personas son una parte importantísima en sus vidas.
      Un abrazo para ti también.

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  2. Que historia tan triste...pero bonita. (l)

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    1. Sí, un poco triste, pero era lo que necesitaba escribir. Me alegro que te haya gustado.
      Saludos.

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  3. Me encanto y diste muy bien con el reto, ya que amo los policiales *-*

    Un beso grande desde Plegarias en la Noche.

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    1. Me alegro si de verdad me he acercado a lo que pedía el reto. Es difícil para mí. Pero con este reto me lo estoy pasando muy bien. Aunque, en ocasiones, no sé por donde empezar.
      Nos leemos!

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  4. Hola,
    Oh Dios, qué conmovedor relato, Jose.
    Me encanto como has presentado este reto con esos elementos.
    Lastimosamente cada día hay personas que deben tomar la decisión más difícil de su vida.
    En mi opinión, creo que puede ser una magnífica oportunidad que les cambiará la vida. No conozco el programa "Vacaciones en Paz" pero debe ser magnífico.
    Muy bonita la canción de Vanesa Martin.

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