jueves, 16 de abril de 2020

Todos juntos fuimos uno


Todos estábamos desolados. Encerrados en nuestra isla particular. El confinamiento no ayudaba.
 Se había ido silenciosa y discreta, como ella era, sin que ninguno hubiéramos podido cogerla de la mano y darle un beso. El pensar que no habíamos podido acompañarla en esos últimos momentos, calmar su miedo, reconfortarla, transmitirle tranquilidad y paz, esa paz de saber que todos estábamos bien y a su lado, nos iba llevando a un aislamiento inconsciente donde cada uno velaba su pérdida individual.
Pero una idea rondaba por mi cabeza y no iba a dejarla pasar. Pronto sería el día de la madre y tal vez pudiéramos celebrar ese día de forma especial.
Una despedida póstuma todos juntos.
Entre siete hijos y doce nietos, había “mano de obra” más que suficiente, ¿no? Así que lancé mi idea por el wasap de familia:
“Domingo 3 de mayo gran celebración del día de la madre” conferencia conjunta a las 6 de la tarde.
¿vas a perdértelo?”
Pronto empezaron a mandar wasaps unos y otras.
Expliqué la idea general por el grupo común, para que fueran animándose a participar, trayendo ideas, buscando formas de hacerlo, material, recursos…
Por el privado les contestaba, no quería que se repitieran ni que todos conocieran lo que preparaban los demás.
Noventa años de vida daban para mucho.
Los nietos mayores tenían anécdotas que les había contado de cuando era joven, canciones que sabían que le gustaban, películas que veía una y otra vez.
Los no tan mayores habían vivido con ella fiestas de muñecas, excursiones al parque grande para alquilar bicicletas e incluso aventuras jugando a perderse por las calles.
Los hijos todos teníamos momentos inolvidables que hasta ese día habían sido privados de cada uno, o tan públicos que todos reiríamos recordándolo.
No recuerdo habernos visto tan unidos nunca. Tuvimos menos de un mes, pero lo aprovechamos a tope.
Vídeos, montajes de fotos, dibujos, pequeños teatrillos de los más pequeños, monólogos de la juventud más atrevida… A ellos me alié para buscar la forma que por video conferencia pudiéramos conectarnos y disfrutar todos de todo. Los nietos mayores, Melisa y Ángel se encargaron de la tecnología adecuada y de que los adultos más carcas supiéramos manejarla.
Yo fui como la directora de escena y coordiné todo lo que iban preparando. A una semana vista ya tenía confeccionado un programa específico con el orden de todas las intervenciones. Había pactado el título de cada intervención para que nadie pudiera sospechar lo que otro participante llevaba en mente.
Hasta los más chiquitines, Izaskun de 3 años y Manuel de 2, ayudados por papá y mamá, claro, habían preparado su canción.
Nos conectamos todos a la vez y la función empezó.
Nada salió como estaba previsto, pero os puedo asegurar que pasamos una tarde entrañable e inolvidable entre risas y llantos. Unas horas que tardaremos en olvidar mayores y pequeños.
Resulta que en cada casa pusimos a grabar el evento con una cámara, y como la juventud sabe de todo, ahora lo van a editar para que todos lo tengamos… ¡No sé qué saldrá de ahí!
Este fue nuestro último regalo para ella y estoy más que segura que todos la sentimos presente entre nosotros hasta el último momento.
Y si os soy sincera, en esta ocasión:
¡No había nada más que pudiéramos hacer!
 💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖
Llevo varias semanas escribiendo bajo el mismo influjo. No salgo de ahí. Pero los sentimientos hay que dejarlos fluir y este es mi medio de hacerlo. No llevo mal el confinamiento ni tengo miedo a la enfermedad, me asusta que no podamos estar cerca de uno de nosotros si lo cogemos.Me asusta que se vaya solo, sin un beso. Y si esa persona es mi madre, entonces se torna mi peor pesadilla. Le ha pasado a una buena amiga. con noventa años el lunes se les fue. Solica en la residencia. Solica, sin el calor de sus hijos, hermanos, nietos, sobrinos... porque sin duda alguna no pasaría sola ni uno solo de esos últimos momentos. Esta historia es un homenaje a ella.
¡¡¡¡¡¡¡El día de la madre debería ser todos los días del año!!!!!!!
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Este es mi aportación de esta semana al reto 52 retos literup 2020
Reto#15. Haz que tu relato termine con “No había nada más que pudiéramos hacer”.

4 comentarios:

  1. Hola formo parte de la Iniciativa Seamos seguidores y ya te sigo, te dejo mi blog por si gustas pasar, kiwybooks.blogspot.com, saludos!

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  2. ¡Hola Jose!
    Tengo este y otros relatos del reto pendientes. Al parecer mis musas también están de cuarentena.
    Me ha parecido un relato entrañable. Aunque solo imaginarme las primeras líneas me ha dado vértigo. Pero ha terminado con un sabor muy dulce.
    ¡Un abrazo!

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    1. Gracias, Sara por tu comentario. Si es duro de imaginar, pero está pasando.
      Nos Leemos.

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