Con este relato paraticipo en esta edicicón de "El Tintero de Oro".
Después de una magnífico artículo sobre Roald Dahl y su obra, David Rubio, nos propone un concurso literario. Os dejo el enlace para que conozcáis el sitio, os gustará.
Como en otras ocasiones, su propuesta es ponerte a prueba con un reto. Lo mejor de todo es que entrarás a formar parte de una rueda de comentarios que serán lo mejor de tu participación en el concurso. A mí, por lo menos , eso me motiva.
🔆🔆🔆🔆
El poder de la mirada
Acabo de volver la esquina, ya se ve la puerta
del cole. Ahí están, me esperan fuera. El aire empieza a faltarme, me cuesta
respirar. El corazón ha empezado a galopar en mi pecho y un pitido ensordecedor
en los oídos me impide escuchar hasta el ruido de los coches. Ya los tengo
cerca, se ríen. Bueno, se mofan de mí. Las piernas me flojean, me sudan las
manos y la vista empieza a nublarse. Pero hoy, no bajaré la cabeza, como dice
mamá, le desafiaré con la mirada. Lo tengo delante, a menos de un metro y,
aunque estoy aterrado, temblando por el miedo, le miro fijamente y solo pienso cuánto
me gustaría que se sintiera como yo. «¡Ojalá sintieras mi miedo, mi ansiedad,
mi vergüenza, esta angustia que acabará en una humedad caliente entre mis
piernas para terminar cayendo, perdiendo por segundos el sentido! ¡Siéntelo!»
Y de pronto no noto la humedad,
no pierdo el conocimiento, pero tú te meas encima y todos se te ríen. ¿Qué ha
pasado? No me quedo a comprobarlo. Os olvidáis de mí y aprovecho para entrar en
el cole. Oigo las risas y escarnios de todos los que esperaban que, como todos
los días, fuera yo el que mojara los pantalones y se cayera redondo al suelo,
para levantarme aturdido entre los que me miran con pena y los que se marchan satisfechos
de su hazaña. Culpables unos y otros. Cobardes.
Entras tarde a clase. No te miro.
Sigo con la tarea, como si no fuera conmigo nada de lo que hemos compartido
antes.
A la hora del recreo, de nuevo la
angustia empieza a apoderarse de mí. Hoy tocaba bocadillo de atún y no le he
dicho nada a mi madre. Así que cuando me lo pidas… Pero no estás esperándome bajo el árbol, uno
de tus lugares de tortura. Me voy a dar la vuelta a la manzana, seguro que
estáis allí, esperando. No sé por qué voy, ¿qué pasaría si no fuera?
Aflojo el paso, oigo voces. Os
reís. Lo que oigo me es familiar: risas, burlas, amenazas, insultos.
Me asomo despacito. Solo la
cabeza. Me oculto tras el tronco de uno de los árboles. Estáis con Félix. «¡Vaya,
no soy al único al que martirizan! —resuena en mi cabeza—.» Y la rabia se
apodera de mí.
También estoy aterrado, sí. Si me
ven no sé qué me harán. No puedo echar a correr para avisar a los profesores.
Mis piernas parecen haberse quedadas pegadas al suelo. Y, entonces, empiezo a
hablar en mi cabeza con Félix. Él vuelve la cabeza y me ve. Dejo el árbol y
desde lejos le miro a los ojos y le increpo en silencio: «¡Vamos, Félix! Mírale
a los ojos y hazle saber cómo te sientes. Que sepa el terror que te envuelve,
la vergüenza de sentirte humillado, la tristeza de no entender porqué te lo
hacen. ¡Míralo y díselo!»
Y tú, diriges la mirada hacia él, que al verme,
ha cesado un poco en sus escarnios, mientras yo sigo hablándote en mi cabeza. Alfonso
vuelve a mearse encima y su cara cambia de lobo a cordero. Me mira, acobardado,
sobrecogido y echa a correr. Sus amigos de fechorías te dejan allí, solo, y
corren en dirección contraria, tronchándose.
Me miras al pasar junto a mí. No entiendes
lo que ha pasado. Yo tampoco.
No me entero de nada en clase. El
tiempo pasa lento. Y solo tengo ganas de que venga mamá y me explique qué me
pasa. Al sonar el timbre echo a correr y allí está. Apoyada en el coche. Me
abrazo a ella y le oigo despedirse de la madre de Alfonso. Se agacha para
ponerse a mi altura y mirándome a los ojos me dice:
—No traes la
bolsa con la ropa mojada. —Niego con la cabeza—. Hoy has enfrentado tu miedo.
—¿Qué es esto
mamá? –La miro aterrado—. Creo que le he hecho sentir todo mi infierno.
—¿Sabes? Hoy has
descubierto tu mejor arma en la vida. Yo también tengo esa capacidad. Puedes
hacer sentir a los demás lo que tú sientes, pero es un arma peligrosa si la
usas sin control. Eres capaz de transmitir tu odio, tu rabia, tu egoísmo,
aunque también tu amor, tu alegría… Puedes hacer mucho mal. O mucho bien. Debes
aprender a dominarlo.
—¡Vamos a casa, mamá!
No sé qué pasará mañana en el
cole. Con Alfonso. Con Félix. Conmigo. Pero esa sensación de poder, de dominio,
a la vez que me asusta me hace sentir protegido. Normal.
Tal vez, por fin, podré ir al colegio y
disfrutar con mis compañeros. Tal vez podré volver a casa y compartir con mamá
lo que aprendí o lo bien que lo pasamos en el patio y cuando toque, por qué no,
mis riñas, los malos momentos. Blanco y negro, con sus matices, a partes
iguales.
Sin duda un poder muy especial, es una lastima que el bulling sea casi como parte obligatoria en el colegio. Hay algo muy agresivo en la infansia que hace que unos chiquillos agredan a otros. Con un poder asi, de seguro las cosas cambian bastante. Creo todos tenemos ese poder, en cierta medida, no tan desarrollado como el del protagonista del relato, pero supongo con algo de paciencia podemos hacer que otros sientan lo que uno siente.
ResponderEliminarEs un relato muy interesante y bien narrado
Los peques, y no tan peques, pueden llegar a ser muy crueles y muchas veces es la envidia lo que les mueve. Lo difícil es verlo.
EliminarSaludos
Siempre esta la envidia - diste en la tecla-
Eliminarcuando no te aceptan porque no eres parte del montón eres diferente y no aceptas ordenes del que se cee un lider
La envidia comienza
saludos desde Miami
Gracias, Jose, por participar con este relato en el homenaje a Matilda de Roald Dahl. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarGRacias a ti por plantearnos estos retos.
EliminarSaludos
Hola, Jose. En el relato das la clave para la fortaleza del humillado: "Mírale a los ojos y hazle saber cómo te sientes." Un mensaje muy acertado.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, ojalá fuera así de fácil hacerlo.
EliminarSaludos
La falta de empatía que muchas veces tienen los chavales y los no tan chavales, hace muy útil un poder como ese.
ResponderEliminarUn saludo.
La empatía es el tesoro perdido de la humanidad.
EliminarSaludos
un relato que tiene mucho sentido y que no se aleja de la realidad.
ResponderEliminarel año pasado estando yo una tarde en el techo de mi casa inspeccionando las paredes que iba a limpiar para posteriormente pintarlas; vi a mi vecina, una señora que pasaba de los sesenta años en lo alto de su escalera de caracol que daba a la entrada al cuarto que se usa comúnmente como habitación para el personal de servicio pero que en esa casa lo usaba uno de los integrantes de la familia, mirándome muy fijamente como si le molestara muy profundamente mi presencia.
yo la saludé y ella no sólo no me contestó el saludo, sino que siguió parada como una estatua clavándome muy seriamente la mirada.
mi pensamiento fue: "debería mandar a pintar sus paredes descuidadas, pues hace siglos que no conocen lo que es recibir unas cuantas buenas manos de pintura."
y como era algo tarde y hacía un poco de frío, me fui para hacer el trabajo otro día mucho más temprano, lo cual hice.
saludos.
¡Qué manía tienen algunas personas de queeedarse mirando! ¡Saluda al menos, caray!. Hiciste bien. NO merece la pena darle más importancia. Saludos
EliminarHola Jose. Muy interesante y mejor llevado el relato que propones para el reto del Tintero. Un gran poder conlleva una enorme responsabilidad, ya lo dijo el tío Ben a Peter Parker, y parece que nuestro pequeño protagonista lo va a ser. El pobre sólo quería ser uno más en el colegio, aprender mucho y jugar con sus amigos. Seguro que le va bien.
ResponderEliminarUn salduo y mucha suerte.
Ojalá hubiera más peques que enfrenta el miedo y denuncian el acoso. Su silencio les gana la batalla. Suerte a ti también con tu luna.
EliminarSaludos
Hola Jose. Tu personaje decide enfrentarse a los acosadores y es como logra superar sus dificultades. Bien contado. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarAsí pienso yo que es la única manera de acabar con esta peste que corre entre peques y no tan peques.Suerte con tu relato.
EliminarSaludos
Una historia muy dura, Jose, y tristemente real también... Has logrado transmitir muy bien la angustia y el miedo de tu personaje y el sentimiento de responsabilidad que carga al final. Muy buen relato. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarMe alegra que te haya sabido transmitir lo que buscaba. Suerte con tus superhéroes.
EliminarSaludos
Uff que durita... pero es increíble.
ResponderEliminar¡Un besote!
El acoso es duro, increible, pero cierto. Saludos.
EliminarHola José, me encanta que le hayas dado a tu personaje el superpoder de luchar contra los abusadores. Muy buena propuesta para el reto. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado la propuesta. Suerte con tu relato.
EliminarSaludos
No podía faltar en esta convocatoria, la denuncia al acoso físico o psicológico a un alumno o compañero, más aún si es de forma continuada. En tu relato, José, el niño abusado lo cuenta en primerísima persona, desde el inicio, con frases cortas y contundentes, compartiendo con nosotros, tus lectores, su miedo y vergüenza. Desde luego, en sus circunstancias, si tuviera un poder, el hacer sentir a sus abusadores la misma angustia es la mejor de las venganzas. A los que no tienen empatía, dos tazas.
ResponderEliminarMe fijo mucho en lo bien que utilizas los signos de diálogos, los incisos y las acotaciones.
Un cordial saludo, José.
Gracias Tara por tu comentario. Me fijo mucho en como me hacéis la crítica al relato para aprender a hacerlo luego yo. Me cuestan mucho los diálogos, siemepere recurro a la teoría, en blogs que lo tienen muy bien explicado, eso me gusta hacerlo bien. Me alegro que lo vaya consiguiendo.
EliminarSaludos
Hola Jose, el bullyng, el acoso escolar es hoy de los mayores traumas que están sufriendo los niños y niñas. Yo tambien lo he tenido en cuenta, creo que es una realidad que no hay que olvidar, sobre todo, por las heridas traumánticas que dejan, creces con ellas. Lo has tratado de lleno con todos los detalles, emociones. Ese niño capaz de hacer que otro empatice con él, con su sufrimiento; eso sí que es un poder fantástico, debería queda impreso en los genes con la evolución humana. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarEl acoso es un tema que llevo muy adentro. Suerte en le concurso.
EliminarSaludos
Hola, José. Un hecho es el maltrato que tienen que sufrir los nenes de otros más abusones y cobardes. Tu niño fue valiente y enfrentó esos miedos, los supo transmitir tan bien que incluso se metió en mi cabeza como hizo con su abusón. Menudo poder, quien lo tuviera, y es que, seas niño o no, lo que le falta a esta sociedad es empatía y ponerse en el lugar de los que más sufren.
ResponderEliminarFantástico el relato, José.
Mucha suerte y un abrazo!
Razón tienes, nos falta empatía. Me alegro que te haya gustado. Tu cuellipato, también se merece un aplauso. Suerte.
EliminarSaludos
Una historia dura, pero bonita ❤
ResponderEliminarGracias por tu visita, EStoy teniendo problemas para comentar en tu blog.
EliminarSaludos
Espero que tengas un buen día❤
EliminarHola José.. excelente historia que nos lleva a la infancia y a la lucha contra el acos y los abusadores. La tristeza que refleja la historia del niño se transforma en una lección de vida a la hora de transferir sus emociones al que abusa.. hacerle sentir y entender lo que siente el abusado es el peor castigo.. un abrazo.
ResponderEliminarGracias, me alegro que te haya gustado. Yo pienso que si sintieran lo que ellos provocan, pararían. No sé. Suerte con tus bichos.
EliminarSaludos
Te lo compro. Es el poder que hubiera pedido a los Reyes Magos de pequeño. Me ha encantado tu relato. Muy real, por otro lado. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, ne alegro que te haya gustado. Lo vivo en la escuela, soy maestra. Sé que pasa, pero no siempre te enteras. El silencio lo calla todo.
EliminarSaludos y suerte con tus ojos azules.
Reflejas muy bien ese miedo a los compañeros de clase, esa incapacidad para hacerles frente. Cuando descubre que con su mirada puede con todo eso se siente fuerte y animado para enfrentarse a ellos.
ResponderEliminarUn reflejo de lo que a veces sucede en los colegios con los más débiles.
Un abrazo Jose
Puri
Es una lástima pero es verdad que pasa en los centros educativos. El problema es el silencio. Hay que hacer que las voces suenen.
EliminarGracias por tu comentario.
¡Hola! Es maravilloso como le has dado voz a las victimas del bulling y como consiguen luchar contra sus miedo. Un relato muy chulo!
ResponderEliminar¡Nos leemos!
GRacias por tu comentario. Tu niña dragón es una de mis favoritas. Dragonas así querría para mi cole. Suerte en el concurso.
EliminarSaludos
Me ha gustado el modo como has descrito las sensaciones que sienten las victimas de acoso escolar. Este poder que describes en tu historia es parecido al que he leído en un relato de otro compañero participante, y mi comentario redundará en hacer hincapié en lo mismo. El poder de vencer el miedo y seguir adelante con tu vida es uno de los máximos poderes que podemos tener los simples mortales.
ResponderEliminarRecibe un abrazo.
como he comentado antes, no leí los relatos participantes hasta que mandé mi participación y ciiertamente hay relatos que rienen paralelismos. Bueno, lo importante es participar. Me alegro que te haya gustado. Tu CArlitos tiene su aquel, jejej. Te deseo mucha suerte.
EliminarSaludos
Hola, Jose. Buena historia para que que los acosadores de colegio se conviertan en las víctimas de sus actos. De hecho se sienten valientes mintiéndose con los supuestamente más débiles, en esta ocasión se les metió una china en el zapato. Saludos y suerte🖐🏼
ResponderEliminarCuando hablo en clase de este tema siemepre les hago ver la cobardía del acosador, que se crece en la debilidad de la víctima y se ampara en el silencio de esta y de los que ven y callan. Siendo maestra, lo más triste es hacerles ver que si nadie lo cuenta, los adultos no nos enteramos.
EliminarSaludos
Hola, JL. Siendo de ese oficio tan mal valorado, la docencia debería ser profesión más respetada empezando por los propios padres de los niños, todo lo que yo pueda decirte de antemano tú bien que lo sabrás así que no me repetiré.
EliminarSaludos 🖐🏼
Hola, José. Muy buena historia y un superpoder excelente que ha de ser usado con sabiduría, como todos los superpoderes. Un gusto leerte. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, MIrna. A mi también me ha gustado mucho el viaje que nos has contado. Percioso. Suerte en el concurso.
EliminarSaludos
Hola José, el bulling, un tema que a todos nos preocupa, en este magnifico relato has conseguido de verdad reflejar el sufrimiento de la victima, y hacer que el lector lo viva como propio, por ello esa empatía que le hace devolverle la moneda al agresor, es una venganza celebrada. Es un gran super poder, en mi relato yo acudí a un argumento parecido, la capacidad de la victima de devolver el golpe. Tu narrativa me ha parecido impactante, el tono, el ambiente, un relato que te hace sudar, super logrado, me ha encantado. Un abrazo, saludos y suerte en el tintero¡¡¡
ResponderEliminarSí, hemos tenido cierto parecido al elegir los pederes. TE deso mucha suerte en el concurso.
EliminarSaludos
Hola Jose, sin duda sobre el Bullying es un tema extenso y tú con tu relato has dicho tanto❤
ResponderEliminarEl acoso es la pandemia de las escuelas, como me han dicho en uno de los comentarios.
EliminarGracias por tu visita.
Saludos
Hola, José. En varios relatos, incluido el mío, tiene como fondo un problema de acoso escolar. También en nuestros relatos hemos echado mano de un poder parecido: meterse en el otro con el pensamiento o la voz. Esto del bulling es un gravísimo problema que no parece que tenga fin porque se repite de generación en generación, así que siempre es oportuno denunciarlo, como has hecho tú con mucho sentimiento en las palabras. Un relato estupendo. Suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarReconozco que no leí los relatos concursantes hasta que mandé el mío y ya había varios con la misma temática. Pero son todos muy diferentes. El acoso solo se acabará si se denuncia desde el principio, si conseguimos que, o bien la víctima o los consentidores, hablen. Ahí está la difícil solución. Me alegro que te haya gustado. Suerte a tí también.
EliminarSaludos
Que bonito, dura y real. Un besote
ResponderEliminarAsí es el acoso, aunque ahora lo llamemos en inglés. Duro y real. Encantada de verte por mi rinconcito.
EliminarSaludos
Hola Jose, hoy me he enterado de que eres una chica, y me pregunté por qué te hacías llamar por un nombre masculino... mira que seré tonta. Hasta que caí en cuál era tu nombre real, incluso llegué a pensar que usabas seudónimo. En fin, que ya no se me olvida.
ResponderEliminarEn cuanto al relato, te diré que el bulling es la pandemia escolar por excelencia. Tener un poder como el que narras sería muy útil para tantos abusad@s y de una justicia casi poética. Me ha encantado su existencia aunque solo lo sea en la ficción. Bien narrado. Me ha gustado.
Un saludo Jose.
Bueno, voy a tener que cambiar mi seudónimo(así me llamaba mi padre, me llamo maría josé y lezcano es un apellido mío, pero lejano) ya que crea equívocos y esa no era mi intención. Haber cómo lo hago. GRacias por tu comentario. GRacias por tu crítica a mi relato. Lo vivo muy de cerca, soy maestra. Suerte con tu relato
EliminarSaludos.
Hola,José. Estupendo relato en el que el acoso es derribado gracias al superpoder empático del protagonista. Me ha gustado el tono de la narración y la responsabilidad del niño con su poder. Un saludo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarSoy maestra y en el cole te encuentras con niñas y niños que sufren acoso y derribo. Es un tema que sufro de cerca. Y enrentarse al acosador es difícil.
EliminarSuerte con tu relato. Saludos.
Es un tema donde desarrollar una historia da frutos con relatos tan interesantes como el que compartes. Me ha gustado el narrador en primera persona como comparte sus miedos y frustraciones. Cómo afronta a sus acosadores. El desenlace de la historia me parece muy acertado, ayudando a otra víctima a enfrentar su injusto calvario.
ResponderEliminarBuen relato, suerte en el tintero.
Un abrazo.
Gracias Carles, me fijo en tu comentario, a ver si aprendo a comentar un escrito, a fijarme en aspectos interesantes. No te encuentro para poder leerte.
EliminarSaludos
Hola Jose. Tocas un tema muy de actualidad, que por desgracia es demasiado frecuente en las escuelas. Ese poder fantástico del que hablas deberían tenerlo todos los niños acosados, aunque como bien le dice la madre, es una gran responsabilidad. Un relato bien escrito y bien llevado en todo su recorrido, con un mensaje claro. Un saludo.
ResponderEliminarSí, como biem dices en la escuela se ve muchas veces. Bueno, no se ve , se sufre cuando te lo cuentan, porque la persona que acosa lo hace a traición y si nadie denuncia el acoso, no te enteras.
EliminarSaludos
Hola!! sean niños o jóvenes siempre va a ver el bullying, me gustó la historia junto con lo del poder y los temas de actualidad.
ResponderEliminarBueno, yo espero que llegue el momento en que no exista. Eso querrá de decir que les hemos dado las herramientas emocionales necesarias para afrontar a los acosadores. Solo la inteligencia emocional tiene las de ganar, al menos eso creo.
EliminarSaludos
Hola, Jose, me ha gustado ese diálogo entre el niño y su madre. Con ese poder tan especial, necesita alguien con la madurez de ella para controlarlo. Eso me dice la razón, pero en mi fuero interno siento que ojalá todos los niños acosados pudieran un día vengarse de su acosador, simplemente con la misma moneda que él les ha dado.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un saludo, Jose.
El acosos es la pandemia de las escuelas, pero tan difícil de detectar que se alimenta de la ignorancia.
EliminarSaludos
José, increible este super poder! Una manera rápida y eficaç de aprender empatía! Me ha encantado el relato. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Mercé. Saludos
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