Nunca hubiera imaginado que me engañarían de esta manera.
Desde que los conocí siempre había confiado en ellos. Eran geniales para mí.
Esta mañana después del desayuno me han empezado a hablar de forma extraña,
excesivamente cariñosa. No entendía muy bien lo que pasaba, pero bueno, a veces
demasiado mimo tampoco molesta, ¿no?
El caso es que entre tanta carantoña han sacado una enorme caja y no se muy bien cómo, ha sido todo muy rápido, me han metido dentro. Estaba totalmente oscura. He oído como hablaban y se reían mientras me encerraban. Creo que han atado la caja con una cuerda o algo. Intentaba salir, he empujando por todos los lados de la caja, pero me ha sido imposible romperla. No se podía abrir. Cada vez estaba más asustada.
Está totalmente a oscuras. No se ve nada. Casi no puedo
moverme. Voy en un coche, no sé muy bien a dónde. Tengo miedo. Me está entrando
mucho sueño. A veces me cuesta respirar. Hace mucho rato que voy en esta caja.
Tengo hambre, A veces mucho calor. A ratos frío. He llorado mucho. Tengo sed.
Sé que en el hogar somos muchos. Y armamos mucho follón. ¡Jajaja, hay días que nos castigan sin galletas por armar demasiado jaleo en los paseos! O por no comportarnos cómo les gusta cuando hay visitas. Pero, pensaba que nos querían.
Ahora entiendo. Alguno de nosotros desaparece de la mañana a
la noche. No volvemos a verlos. Debe pasarles como a mí. Tengo miedo. Mucho.
Esto debe ser lo que llaman secuestro. Lo he oído entre mis amigos y amigas.
Nunca pensé que me pasaría a mí. ¿Qué me harán?
Un momento. Hemos parado. Se acercan. Cogen la caja. Creo
que voy a vomitar. Llaman a una puerta y me dejan en el suelo. He empezado a
temblar estoy aterrada. La oscuridad es cada vez mas angustiosa. Me quiere
atrapar. No puedo chillar… No oigo nada. Mueven la caja. Cuanto silencio.
Todo sigue negro.
Me he debido quedar dormida. Tengo frío. Me siento mojada. Oigo voces.
Pasos. Creo que están abriendo la caja… Veo la luz…
—¡Mamá, un cachorro! — Si sigue apretándome tanto me va a ahogar.
Me achucha. Me besa. Me levanta en el aire. Da vueltas.
Ahora sí que he vomitado.
—¡Mamá, mira lo que ha hecho! — ¡Vaya!, «mamá» sí que es
delicada. Me coge suavemente y me limpia con algo húmedo que huele muy bien y
me encanta.
—Imagina que un día te meten en un caja, te encierran y te
llevan a un lugar que no conoces, con gente extraña.
—¡Vaya! No había pensado en eso. A lo mejor está asustado.
—Asustada. Es una cahorrita. A la que le vamos a dar agua y
comida. Le vamos a enseñar su cesto y si no te importa, la dejaremos descansar.
secuestro, tal vez me guste. La comida estaba buenísima, el agua fresquita. Y este cesto es de lo más acogedor. Tal vez en otro momento me apetezca conocer a esa otra personita bajita que tanto chillaba y me apretaba. Se ha quedado un poco triste.
Qué bien llevado el relato, para transmitir las sensaciones del pobre cachorro. Me gustó mucho. Un abrazo y feliz semana
ResponderEliminar¡Qué bueno verte por aquí! Con lo abandonadas que tengo las redes.
EliminarGracias por tu visita incondicional.
Muy bonito y tierno.
ResponderEliminarMe gustó de nuevo léete.
Besos y buena semana.
¡Qué puedo decirte! Me encanta verte en comentarios cuando publico. Aunque haga mucho que no lo hago, que no me paseo por las redes.
Eliminar¡Me encanta leer tus comentarios!
me ha encantado tu relato. muy bueno.
ResponderEliminarun abrazo y feliz semana.
A veces un abrazo, hasta virtual, puede ser un punto y aparte. Una brisa. Una sonrisa.
Eliminar¡Gracias por regresar a pesar de mis ausencias!
hola
ResponderEliminarque gran relato, nunca podria escribir algo asi ^^
acabo de dar con tu blog y ya te sigo ^^ te espero en xingtraducciones.blogspot.com
saludos :D
Encantada de tenerte por aquí. Me voy rápido a conocerte.
EliminarExcelente giro final, Mª José.
ResponderEliminarLa narración nos llevaba por los derroteros de un abandono veraniego que se convierte en una preciosa adopción. O, al menos, así lo interpreto yo.
La verdad es que bien podían haberle hecho algunos agujeritos a la caja, pero claro, entonces te habrían sacado tarjeta amarilla en el VadeReto por falta de oscuridad. 😜😂
Has plasmado con gran acierto la incertidumbre del cachorro en su viaje. Tal vez, sentirse en su piel haría cambiar a los que los tratan como trastos o juguetes de usar y tirar.
En esa familia, con una madre tan dulce y atenta, y una pequeña llena de ilusión y cariño, seguro que la cachorro encontrará la seguridad y amor que se merece.
Me ha encantado como le has dado idea al tema de la oscuridad, convirtiéndolo en una preciosa fábula con una todavía mejor moraleja. ¡Felicidades!
Muchas gracias por esta bella aportación al VadeReto.
Abrazo Grande.
Los agujeritos se me ocurrieron pero me rompían la oscuridad. Así que opté por el miedo del cachorrito.🤷♀️
EliminarMaría José, has creado un pequeño torbellino de emociones que empieza con angustia y termina con un suspiro de alivio, todo desde la perspectiva de una cachorrita que no entiende nada. Es breve, pero cada frase está cargada de intensidad y ternura, y el giro final es un abrazo al corazón.
ResponderEliminarMe encanta cómo logras meterte en la cabeza de la perrita, transmitiendo su miedo y confusión con una voz tan inocente que duele. Esas primeras líneas, con la traición de la familia que pasa de mimos a meterla en una caja oscura, son un puñetazo: la descripción de la oscuridad, el calor, el frío, el hambre y el sueño crea una tensión que te hace contener el aliento. Frases como “la oscuridad es cada vez más angustiosa” o “me quiere atrapar” son puro nervio, y el detalle de que ha oído hablar de “secuestros” entre sus amigos perrunos le da un toque de ingenuidad que parte el alma.
El giro cuando aparece la luz y la voz de la niña gritando “¡Mamá, un cachorro!” es magistral. Pasas del terror a la calidez en un segundo, y la escena de la pequeña achuchándola y haciéndola vomitar es tan caótica y real que no puedes evitar reírte. La “mamá” limpiándola con suavidad y explicándole a la niña que la cachorrita está asustada es el remate perfecto: muestra empatía y transforma el “secuestro” en un acto de amor mal ejecutado. El final, con la perrita acomodándose en su cesto y pensando que tal vez este “secuestro” no está tan mal, es un broche dulce que deja una sonrisa.
En resumen, has tejido un relato emocional, con una narradora peluda que te roba el corazón. Felicidades por tu aportación.
Vaya, has captado las emociones que quería transmitir. Gracias por tu comentario.
EliminarUn placer.
¡Cómo nos logras engañar! Yo pensé en algo más aterrador. Pero el giro que das es buenísimo, y uno solo puede sonreír ante la imagen. Muy bien manejado el tema de la oscuridad, describes muy bien cómo podría sentirse un cachorrito arrancado de su familia. Te felicito, me gustó mucho. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Justo buscaba eso, llevar el relato por un camino para luego irme por la tangente. ¡Qué bueno haberlo conseguido!
EliminarGracias por tus palabras.
Hola María José, como me has emocionado con este relato, que preciosidad y vaya giro. Como has transmitido todas las emociones del cachorro, desde la oscuridad de esa caja donde lo meten, para llevarlo al que por suerte será su nuevo hogar.
ResponderEliminar¡Un abrazo y ya te sigo!
Gracias por tu visita. Me paso a conocerte.
EliminarHola, María José, qué relato más tierno, contado desde otra perspectiva y con final feliz. Una oscuridad que se transforma en luz, muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Por suerte no siempre la oscuridad es permanente.
EliminarGracias por tu visita
El relato está muy bien llevado y bien construido. La verdad es que inspira mucha ternura y deja ver la historia desde la perspectiva de una mascota, muy interesante y con un final feliz, como merece. Saludos!
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Precisamente buscaba esa mirada, la del cachorrito dentro de la caja. Me alegro si he conseguido trasmitirlo.
EliminarUn saludo
¡Hola, Mª José!
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato. El principio es terrorífico de veras... , espeluznante y hace que tomemos conciencia de que los animales no son objetos; la niña a la que va destinada el "regalo" lo sintetiza muy bien con su frase: "Imagina que un día.." Y es justamente lo que tú has hecho al escribir: meternos literalmente con el cachorro en esa caja y sentir su propio horror.
Si hiciéramos siempre esto, ponernos en el lugar de los otros, incluidos los animales, este sería otro mundo bien distinto.
Enhorabuena, ¡¡un gran relato para este reto!!
Un fuerte abrazo! :)
Me embarqué en una historia dentro de una caja. Era como si yo fuera el cachorrito. Me alegra haber podido transmitir lo que quería. Gracias por tu comentario.
EliminarHola:
ResponderEliminarQué relato más simpático sobre cómo se siente la cachorrita al ser llevaba a su destino. Sí, no debe ser un momento fácil para ellos, tan pequeños y separados de su mami.
Un relato muy optimista que deja muy buen sabor de boca.
Saludos cordiales.
Me alegro que te haya gustado. Quería dejar ese final bonito. Es verdad que muchos cachorritos son separados de sus mamás enseguida, bien en un domicilio particular o en una perrera/refugio de animales. Pero quiero creer que luego son felices en el hogar que decide adoptarlos.
EliminarUn placer recibir tu visita
Ostras... pensaba que iba a ir por otro camino y al final fue por el otro. Me ha gustado mucho. Un besote
ResponderEliminarEsta vez he intentado sorprender. He querido hacer pensar en algo malo y acabar con una sonrisa. Me alegra haberlo conseguido.
EliminarUn saludo.
Hola Mª José, hace tiempo que no leía nada tuyo.
ResponderEliminar¡Qué bien que estés por aquí! ¡Y qué buen y tierno relato! Me ha gustado esa oscuridad que nos hace presagiar lo peor: un abandono por ejemplo, y termina en un nuevo hogar que va a convertir a esa cachorrita en una perrita feliz. Un placer que participes. Un abrazo
Marlen
Me ha gustado mucho escribir este relato. No fue fácil, fue en realidad un reto. Me alegro haber conseguido transmitir lo que quería.
ResponderEliminarGracias por tu visita.