jueves, 28 de agosto de 2025

VadeReto agosto25

Hoy soy yo quien te habla


Cuando tengo que salir a la calle así me siento. 
Pienso que fuera está lleno de gente que me mira, me atemoriza, me atosiga, me amenaza. Están ahí, esperándome.  
Sí, ya sé. Las personas no son así, como en la foto,  pero imagínate que estuvieran entre nosotros. ¿No te asutaría pensar que puedes encontrártelos? ¿Qué están siguiéndote, observando tus movimientos?
Pues yo siento eso cuando tengo que enfrentarme a la gente. Terror.
Mi cabeza se preocupa por lo más superficial: la ropa que tengo que ponerme, lo zapatos,como me peino. Qué me dirán, qué les contestaré. Con quién me encontraré, a quién tendré que saludar... Así que la solución es sencilla: No salgo de casa. 

 Para ir a trabajar,  me tengo que levantar  varias horas antes de lo que necesitaría. Cada mañana lo primero que debo hacer es autoconvencerme de que tengo que salir para acudir al trabajo. Entonces sí. Es IMPORTANTÍSIMA mi imagen exterior. Y depende de cómo me haya levantado (pie derecho, pie izquierdo, doble pie izquierdo...) elegir ropa es toda una odisea. Me pruebo, me «des-pruebo»... me desespero. Luego me tengo que peinar: coleta, suelto, con diadema... otro «problemón». Si me tengo que llevar la comida todo son complicaciones: mejor que no tenga que calentarla, que no sea primero y segundo, una ensalada en invierno no pega... (Nada de comer en la sala común, mejor). Después, debo autoconvencerme de que enseguida llegaré a trabajar y que a esas horas me encontraré poca gente por el camino. 

Invitar a amigos a casa tampoco es un opción. Y si no les gusta mi casa y si no está lo suficientemente limpia y si no tengo nada para ofrecerles que les guste y si vienen a comer y si no les gusta mi comida... la lista de los «y si» puede ser interminable. Así que no invito a nadie. Por tanto, tampoco acudo a sus invitaciones. No puedo corresponderles. (Quien dice amigos, dice compañeros de trabajo o compromisos laborales e incluso hermanos/as o familiares).

¡Todo por el qué dirán! Bueno, el qué pensarán me agobia igual o más.

Tal vez llevas un rato destornillandote de risa. Y no te juzgo. A mí, ahora, al pensar que vas a leerlo me da un poco de vergüenza. ¡Pero a qué nimiedades le doy importancia! Si me imagino lo que te he contado como una película, como las mudas de Charles Chaplin, en mi cara aparece una sonrisa! (No te cortes si se te escapa una carcajada. ¡Es lo que hay!)


En serio. Hace tiempo que no salgo de casa. Casi nunca. Puedo pasarme las vacaciones, las fiestas del pueblo, todos los fines de semana sin salir. No te creas que estoy mal. Me encanta estar en casa. No necesito salir.  ¿Sabes cuál es el problema? 

Me empezó a parecer un problema cuando uno de mis hijos, en fiestas del pueblo, me preguntó:
—¿Por qué no sales, mamá? —Él se estaba preparando para irse con los amigos. Ya es un hombre hecho y derecho, pero se guarda algún día libre para venir a fiestas del pueblo y estar con sus amigos.
—No tengo ganas —contesté rotundamente. Y su cara al mirarme fue un cuadro. 

Ese día algo hizo clic en mí. Llevo años con esta actitud. Pero ese día me preocupó. Tal vez no estaba bien. A lo mejor necesitaba ayuda.  Me puse a charlar un ratito con mi «amigo» google sobre trastornos de personalidad, fobia social... Entre sus múltiples respuestas (jejej tiene respuesta para todo) apareció un enlace a una psicóloga online. No solo eso. Terapia Vía Email (No tengo que dar la cara, no tengo que hablar, por escrito). Parecía estar hecho para mí. 

¿Qué estoy diciendo? Sí. Terapia psicológica. Vamos al médico cuando nos sentimos mal. Vamos al dentista cuano dos duele una muela. El oculista una vez al año, necesitamos las gafas. Tal vez al fisio por los dolores de espalda. ¿Y cuando vivir se nos hace una montaña insalvable? No,no,no,no. NO hablo de eso. NO pienses en esa palabrita. Hablo de SALUD MENTAL. 

Pues sabes una cosa. Escribí. me costó mucho, no creas. Mi vocecita interior siempre tiene qué opinar. («Tampoco es obligatorio salir de casa o ir de bares o de fiesta. ¿No? ¿Tan importante es relacionarse con la gente? ¿Y si me gusta estar sola? Seguramente me dirá que son cosas sin importancia que no me preocupe, que todo va bien.») Y mandé el email. 
Desde entonces, tampoco hace mucho, la mochila que llevaba a la espalda ya no pesa tanto. Y no es que de repente sea la persona más salidora del universo. Pero, cuando tengo que salir de casa (de vez en cuando hay que tirar la basura o comprar patatas😬) ya no me cuesta media hora decidirme a poner el pie en la calle (acuérdate: la ropa, los zapatos, el pelo, con quien me encontreré, jejej todo eso).

Ya no pienso primero en los peligros que me esperan tras la puerta. Soy capaz de vestirme en diez minutos (bueno, tal vez un poco más, pero tampoco voy a salir de cualquier forma ¿no?). A veces hasta salgo con ilusión, no por imposición. 

Le he contando cosas que mi mente rumiaba constantemente. Voy callando poco a poco esa voz mental que no me dejaba disfrutar del silencio. Ni siquiera era consciente de lo que chillaba dentro de mi cabeza. Si mi equilibrio emocional pudiéramos compararlo con una escalera al cielo (tal vez me he pasado un poquito, demasiados escalones, ¿no qué te parece?), lo que he subido no sé si es un escalón o varios. Todavía creo que me faltan unos cuantos. 
Sé que puedo contarle lo que siento, lo que me callo, lo que me preocupa. Cualquier cosa. Lo que a nadie le cuento. Confío en que me «escucha» (ya sé, en realidad me lee) y que me va a constestar. Está ahí. Me he hecho el mejor regalo del año. De mi vida. Me estoy  regalando PAZ INTERIOR. 

Te cuento todo hoy, 31 de agosto día de la solidaridad, y espero que te solidarices con todas esas cosas que no sabes cómo manejar y les des una oportunidad. 
Y, también, quiero que lo lea mucha gente y se enteren de que a su alrededor hay personas con situaciones diferentes y vidas complicadas. Aunque desde fuera, de lejos, nos parezca que se ahogan en un vaso de agua.
¡Hay vasos de agua que  a veces se convierten en  profundos pozos!
Buscar una escalera que te ayude a subir, puede ayudarte a salir del hoyo.


💙💚💛💜💙💚💛💜💙💚💛💜
Laura, mi terapeuta, me pidió que escribiera mis avances desde que “converso” con ella. No es fácil escribir sobre lo que te pasa y hacerlo atractivo, interesante. Saber que van a leerlo. A juzgarlo.
Hay mucha verdad en estas líneas y espero que me perdonéis si consideráis que me he extralimitado al incluirlo en el VadeReto.
Yo espero que me sirva a mí para seguir subiendo escalones y, tal vez, para que alguien coja su escalera y empiece su remontada.

13 comentarios:

  1. Hola, María José.
    Un relato profundo, sentido y muy reflexivo.
    No, no me he reído. Porque, por un lado, cuentas cosas que en algún momento me ha llegado a pasar a mí. Y, además, porque hablas de un problema al que no le damos importancia hasta que se convierte en una gravísima enfermedad. Sí, los problemas mentales ni se quieren contar, ni apetece que te miren con cara de «¡vaya bobada!».
    Muy bien por ti y por haber dado ese paso tan complicado. Por suerte, hoy en día, disponemos de medios para conectar con gente online y poder desbloquearnos. Me alegro mucho que vayas avanzando y, aunque no te hayas convertido en una juerguista, te entiendo perfectamente ;), puedas ir rompiendo esas barreras que te impiden disfrutar.
    ¿Me preguntas si este relato va a la lista de participación del VadeReto? Pues claro que sí. Y no lo pongo el primero porque tengo que respetar el orden de participación. Es una maravillosa historia-reflexión que nos puede ayudar muchísimo. Muchas gracias por compartirlo.
    Abrazo Grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario y por el espacio que tienes abierto de compartir. Se comparten, buenas historias. Pero también dejamos en ellas parte de nuestros sentimientos.
      ¡Qué importante es eso!

      Eliminar
  2. En verdad, cuando alguien tiene esos miedos es por algo y tu bien lo sabes, aunque sean pequeñas cosas, hacen que la calle y la gente te agobie.
    Lo mejor es ponerse en manos de quien nos puede ayudar, como bien dices a subir esa escalera, que la subirás sin duda alguna.
    Tómate tu tiempo el necesario .
    Siempre hay soluciones y tú las encontrarás.
    Un besote grande.

    ResponderEliminar
  3. me parece que es un problema que afecta sobre todo a mujeres aunque cuando se trata de hombres simplemente se les trata de "excéntricos" y encima de malhumorados. el cine es el que ha visibilizado el problema de estas personas que en su caso extremo no salen para nada de su casa y encima se encierran con cinco o siete cerraduras en la puerta principal más una barra que la atraviesa en su parte central para mayor seguridad.

    sólo un especialista en salud mental puede ayudar a estas personas para que recobren poco a poco la confianza en sí mismas y en el entorno que las rodea.

    ha sido un buen relato que nos concientiza y hace reflexionar sobre este problema que afecta a muchas personas.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola me ha gustado el relato te invita a pensar y reflexionar, ademas me hizo recordar algunas cosas que me pasaron cuando era mas joven, saludos

    ResponderEliminar
  5. Me ha gustado mucho y llamado la atención, podemos dar muchos nombres a lo que le pasa a la protagonista, agorafobia, complejos o manías. Todos, en alguna forma, tenemos manías más o menos severas que se van haciendo más fuertes con la edad. No podemos decir si es un mecanismo de defensa o un síntoma de inseguridad. En todo caso siempre es por algo y no es baladí que llegue a marcarnos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Mª Jose
    No, no llevo un rato desternillándome de risa, sino reflexionando en lo poco que hablamos de la salud mental, de los problemas que acechan a quienes tenemos a nuestro lado y ni siquiera nos damos cuenta porque son cosas que no se hablan, no se comentan, no se comparten. Miedos, traumas, trastornos de ansiedad que provocan síntomas físicos y psicológicos como pánico, taquicardia, evasión de la realidad... causando ansiedad, depresión, e interfiriendo en la vida diaria o aislándonos. Hay mucha más gente de la que pensamos que sufre estos problemas, pero parece pesar sobre ellos un tabú, una extraña reacción de mirar hacia otro lado y no dar importancia.
    Lo que es de resaltar es que hayas tenido la fuerza de voluntad de hacerle frente, buscar alguien que te ayude y comenzar un trabajo personal que está empezando a hacerte sentir mejor. ¡¡Felicitaciones!! Un pequeño paso cada vez y tu vida irá cambiando. Mucho ánimo y muchas gracias por compartir con nosotros tus sentimientos. Sigue escribiendo, estamos aquí, del otro lado de la pantalla para leerte y estar a tu lado. Un abrazo grandote.
    Marlen

    ResponderEliminar
  7. Witaj. Bardzo mi się podoba ta historia. Jest piękna refleksyjna prawdziwa. Bardzo ładny styl gratuluję. Ja też piszę na blogu swoje opowieści. Zapraszam Cię i pozdrawiam z Polski.

    ResponderEliminar
  8. Me parece maravilloso escribir eso. La salud mental es un trabajo diario sobre el que se debería de hablar mas y educar en sensibilidad y en empatía, nadie sabemos la historia del otro.
    Me ha gustado mucho, espero que siga subiendo escalones camino de su paz.
    Un besazo!

    ResponderEliminar
  9. Hola María José. Lo que has escrito tiene un gran significado, no dudes de su valía. Yo no soy muy social ahora, pero de niña y adolescente era algo tremendo. El tiempo me ha ayudado a solventar un poco eso. Pienso en que hay muchas personas, jóvenes y adultos que necesitamos terapeuta. No dudo eso, simplemente en mi caso, no tengo muchas ganas de ir jajaja, pero reconozco que TODOS, no creo que haya alguien, que no batalle con algo. Eres muy valiente, el relato va perfecto con el VadeReto y es una gran aportación. Abrazo más que fuerte desde México.

    ResponderEliminar
  10. Es cierto, los miedos son terribles,
    y siempre son causados, por algo
    que te paso en tu ninez, o de grande,
    es terrible salir a la calle y tu inseguridad,
    no te deja tranquilo, un gusto visitarte.

    Besitos dulces

    Siby

    ResponderEliminar
  11. Fears have always contributed to my writing. Horror is at our fingertips. But I try to keep it on a more happy note when I can. Yes, mental health is something we have strive to be calm and think positive which is a feat on most days for me.

    ResponderEliminar