sábado, 11 de enero de 2020

Ilusión perdida

Recuerdo cuando mis hijos eran pequeños. Iban de mi mano ilusionados y temerosos. Se querían soltar, pero cada vez se agarraban más fuerte a medida que la cabalgata se acercaba. Querían estar ahí, no podíamos llegar tarde, pero no demasiado cerca.
―¡Aquí, mamá, aquí! ―decían estirando de mi brazo― ¡un poquito más atrás!
Nunca tuve seguro si era  por miedo, para verlos mejor (para que no los vieran) o para coger más caramelos. No sé. Y aunque eran bastante mayores la última que vez que fuimos a verlos, nos pusimos igual de lejos. Ese día no sé si iban tan ilusionados o temerosos...

Llegó un momento que la ilusión empezaba ya entrado el mes diciembre. Cuando en la puerta de la nevera, sujeta con un imán colocaba un folio con cuatro columnas y un encabezado "Carta a los Reyes Magos".
Ahí escribíamos todos lo que esperábamos recibir y de entre esas cosas salían los regalos que por la mañana el día de reyes abríamos todos juntos. A medida que se acercaba la navidad, yo sabía a ciencia cierta que la ilusión por qué les traerían los reyes magos, seguía viva. Día sin otro desordenaban los armarios de toda la casa.
―Pero dónde has puesto los regalos, mamá ―me preguntaban seguros de que ya estaban en casa.
―Por más que busquéis no los encontraréis ―les retaba yo con una sonrisa cómplice.

Después vino una etapa más calmada, pero con su toque de ilusión. Todos disponíamos de dinero para comprar regalos, y con la carta de los reyes en la nevera íbamos aliándonos unos con otros para que ninguno de nosotros se quedara sin regalo. Por la mañana, junto al árbol, las risas estaban garantizadas. ¡Qué buenos ratos hemos pasado junto a ese árbol que hoy tiene paquetes de regalo vacíos bajo sus ramas!
No sé. No recuerdo cuando se nos escapó la ilusión por la ventana. cuando dejamos de ver este día como un día especial. Mágico. Ya no me acuerdo. 
Estoy aquí, en la misma plaza que hace unos años, rodeada, como entonces, de niños expectantes, alborotados, asustados, contentos...
Los ojos se me empañan y siento un nudo en la garganta. No tengo ganas de volver a casa, una casa vacía. Estoy harta de ver la tele sola la noche de reyes. No tengo la cena preparada ni nada especial preparado para comer mañana.

—¡No, mamá! —me lloriqueaban los dos— hoy haz nuestra comida preferida.

¡Qué boba! Me ha parecido verlos a los lejos, sonriéndome.  ¡A saber dónde estarán hoy!
Hace frío. Creo que lo mejor será volver a casa. Me estoy poniendo muy melancólica. Luego la pagaré con él. Que no tiene ninguna culpa de nada (hoy había no sé qué partido de fútbol y no tenía ganas de salir).

—¡No te los esperabas, eh! ―No puedo creerlo, están en casa, los dos—. ¡Mira, han venido los reyes magos!
Mientras los abrazo sorprendida y me dan esos besos “tan ricos” que curan todos los males (vitaminas de amor), miro de reojo hacia el árbol que parece lucir más que ningún día. Mis falsos regalos han desaparecido, hay otros con cartelitos. Y huele rico.
―Mamá, vienes helada ―me llevan hasta la mesa preparada para cenar―  esto te sentará de maravilla ―me dice el mayor mientras le ríen los ojos.
Parece que estaba equivocada. Tal vez la ilusión no se escapó por la ventana, tal vez solo estaba perdida esperando a ser encontrada. Los miro mientras cenan y charran. Mientras sonríen y nos cuentan miles de cosas. Como si nada. Como si el tiempo no hubiera pasado.
Me siento una tonta al pensar en las lágrimas que empañaban mis ojos hace apenas una hora… ¡tan distintas a las de ahora!
―Tendrás rollitos de pollo para mañana, ¿verdad? ―asiento con la cabeza― ¡genial!

Vaya. Parece que los reyes magos han vuelto con su magia de nuevo a esta casa. ¡Qué regresen cada año tal vez dependa un poco de todos!

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 52 retos literup 2020
Reto #2. Escribe un relato que ocurra el día de reyes.

Espero haber puntuado bien los diálogos, me guié con la ayuda del blog Read Infinity.
Estaré encantada de recibir tu comentario con tu opinión y propuestas de mejora.

2 comentarios:

  1. Buenas, me gusta mucho el relato, está muy bien.

    Siento ser puntillosa, pero he visto alguna cosilla rara, así que te la pongo para que la veas y corrijas. No lo hago con mala intención, solo para que veas esos fallos tontos que a veces cometemos sin darnos cuenta.

    ―¡Aquí, mamá, aquí ―decían estirando de mi brazo― ¿un poquito más atrás!

    aquí tienes mal las exclamaciones e interrogaciones, sería tal que así:

    ―¡Aquí, mamá, aquí! ―decían estirando de mi brazo― ¿Un poquito más atrás?

    El Un debe ir en mayúscula porque antes tiene el cierre de la exclamación.

    en esta:

    —¡No te los esperabas, eh! ―no puedo creerlo, están en casa, los dos— ¡mira, han venido los reyes magos!.

    Debería ser así:

    —¡No te los esperabas, eh! ―No puedo creerlo, están en casa, los dos—. ¡Mira, han venido los reyes magos!

    El No, va en mayúcula por que no es un verbo dicendi, es decir, de habla, tipo dijo, contestó, comentó.
    Debe llevar punto detrás del guión, aunque no se ponga detrás de los signos de exclamación o interrogación, ya que indicas que la frase anterior a terminado.
    y por último, al finalizar el dialogo, si hay una exclamación o interrogación no se puntua.

    En la página de Literautas explican muy bien como hacerlo, te dejo el enlace aquí. yo aprendí gracias a ellos.
    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/

    Espero que mis palabras no te molesten, solo quiero ayudarte, porque escribes y como he dicho antes, me ha gustado tu relato.

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    1. ¡Buenas tardes,Sheila! Gracias por tomarte un tiempo en dejarme un comentario y por todas tus correcciones. Algunas han sido despistes, pero de otras me he tomado nota y me pasaré por la página que me indicas para evitar errores en mis próximos escritos. Creo haber corregido todo. Eso espero. hasta la próxima.

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