miércoles, 14 de octubre de 2020

Lo que de verdad importa


Pues he de deciros que esta tarde he tenido que contenerme la risa para no herir su corazoncito. Enganchado a mi mano, como quisiera estrujarme los dedos y hacerlos zumo. Traía la carita enfadada, con el ceño fruncido, expresión de malo, malote. Pero no había forma de sacarle una sola palabra. Murmuraba no sé muy bien qué, no paraba  de vocalizar en silencio, todo el camino a casa. Al cruzar la puerta ha corrido hasta la habitación de su hermano mayor, que acababa de llegar y se había tumbado encima de la cama.

  ¿Te acuerdas ayer como hacían la bomba explosiva? 

 No molestes, enano. —Vieron juntos una serie de acción. Fabricaban una bomba casera con cuatro cosas que encontraban en un garaje.

 ¡Tú, solo dime cómo la hago! —Su hermano ha levantado la cara y al verlo tan contundente, con gesto decidido, he deducido que algo le pasaba. Me ha mirado sin entender nada. Estaba apoyada en el marco de la puerta de su cuarto,  la expresión de mi cara,  entre la broma y la sorpresa;  le ha hecho con la mano un gesto para que se siente en su cama.

   A ver, ¿Qué te pasa que estás tan enfadado?

   las personas se merecen morir, lo estamos destruyendo… el mundo…

   Ya veo, ¿de dónde sacas esas ideas?

    ¿Qué te crees, qué soy tonto? ­ —Cinco años tiene el mocoso, y parece saber de qué se habla. —La profe nos ha hablado de una bomba que mató a mucha gente. Y tenía la energía nuclear.

   Pero eso, pasó hace mucho.

   La fábrica de papa es nuclear. Voy a ponerle una bomba y toda la humanidad morirá, porque lo nuclear es mortífero. —Su hermano mayor, está a punto de explotar. Tanto enfado en esa carita tan dulce… no le pega nada.

   Pues mira, coge un globo, agua y harina. Y ves probando hasta que al chocar con el suelo, explote.

   ¡Vaya, parece chupado! —Baja de un salto de la cama.

   Eso es, cuestión de probar. Como los científicos.

Se ha pasado toda la tarde mezclando y probando a ver si explotaba el globo lleno de agua y harina. Ha acabado con la cara y la ropa blancas. El pelo todo revuelto le daba aspecto de un pequeño científico loco.

De pronto he ido a buscarlo, ya no estaba en su cuarto buscando la bomba perfecta y era hora de arreglar el estropicio.  Me lo he encontrado con Milú en su cesta. Estaba dando a luz a sus gatitos

   ¿Eh? – Me hace un gesto de silencio con el dedo.

   Calla, no grites.  Necesita tranquilidad, mamá. ¡Han nacido sus bebés!.

   Y tu bomba, ¿ya no vas a acabar con la humanidad?

   De momento no. Estos gatitos no tienen la culpa. Tienen que conocer a su mamá. 

Su cara ya no era de enfado. Era tierna. Estaba relajada y feliz. Como nunca debería dejar de estar.

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Reto#40.Escribe un relato en clave de humor sobre un villano que intenta planear el fin del mundo, pero su gato no le deja. 52 retos literup

Tarde y mal. Pero no hay otra. El humor no lo he conseguido y el villano se me ha quedado pequeño. Me gusta el reto, lo reconozco. Pero no puedo seguirle el ritmo. No tengo tiempo para un relato a la semana. No para un relato que me saca de mi zona cómoda cada vez. Reconozco que al final consigo sacar un escrito, algo que de otra forma no hubiera escrito, pero... no me satisface. No como yo quisiera. Pero sigo empeñada en escribir los 52 retos. 

 


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