Mimosa se contornea por la calle y noto como todos la miran. ¡Y cómo le gusta! Es joven aún, pero sé que ya está preparada. Lo noto cuando me mira. Con esos ojos, grandes, brillantes…
Me acerco hasta ella e iniciamos el baile más sensual que recuerdo. Damos vueltas, sin rozarnos, pero nuestros cuerpos están tan cerca que notamos el calor del otro pasando a través de cada uno de los pelos que recubren nuestro cuerpo.
Es nuestro primer encuentro. Conozco
el mejor lugar al que llevarla. Allí mi ángel, mi amiga Mireia, nos regalará la
cena más rica que mimosa puede esperar. Después nos cobijará por la noche. No
hay mejor lecho de amor.
Me alejo un poco de ella,
volviendo la cabeza meloso, para que me siga.
Y claro que me sigue,
contorneándose de nuevo. Mirando a todos los lados, como disimulando. Llegamos a
la puerta de atrás de Mireia, la llamo y, como si estuviera esperándome sale
con la mejor de sus sonrisas.
— ¡Hola truhan! Hoy vienes bien acompañado, ¿eh? —La miro y me refroto entre sus piernas, acariciándola. Ella me rasca entre las orejas—. Te traeré otra ración.
Se va para regresar con otro plato de rico restos de pescado.
— Ya sabes que luego tienes que entrar por la gatera. Y nada de recorrer la casa, ¿eh? En la buhardilla tienes todo lo que necesitas.
Maúllo, asintiendo. Ella me entiende. Vuelve a marcharse. seguro que tiene que emprenderse a limpiar la pescadería. Cuando llegábamos, estaba cerrando.
Mimosa ya está dando buena cuenta del festín que nos ha preparado Mireia. Luego subiremos a mi rincón favorito. Hoy no tendré necesidad de hacer excursiones por la casa. La noche promete. Los ronroneos, contorneos y maullidos dicen todo y más. Buenas noches.
— ¡Hola truhan! Hoy vienes bien acompañado, ¿eh? —La miro y me refroto entre sus piernas, acariciándola. Ella me rasca entre las orejas—. Te traeré otra ración.
Se va para regresar con otro plato de rico restos de pescado.
— Ya sabes que luego tienes que entrar por la gatera. Y nada de recorrer la casa, ¿eh? En la buhardilla tienes todo lo que necesitas.
Maúllo, asintiendo. Ella me entiende. Vuelve a marcharse. seguro que tiene que emprenderse a limpiar la pescadería. Cuando llegábamos, estaba cerrando.
Mimosa ya está dando buena cuenta del festín que nos ha preparado Mireia. Luego subiremos a mi rincón favorito. Hoy no tendré necesidad de hacer excursiones por la casa. La noche promete. Los ronroneos, contorneos y maullidos dicen todo y más. Buenas noches.
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Este es mi aportación de esta semana al reto 52 retos literup 2020,
Reto#12: Haz una historia sobre una primera cita en una pesca
Me gusta mucho :) Preciosa cita gatuna.
ResponderEliminarHola! ¡¡¡Gracias!!! La verdad que me están costando escribir últimamente.
EliminarAy, que forma más original de cumplir el reto, ¡me encanta!
ResponderEliminar¡Hola!, A mi este reto me está poniendo poco a poco fuera de mi zona de confort y a veces me cuesta mucho. Me alegro que te haya gustado.
EliminarHe descubierto tu blog gracias a Literup y me alegro porque me ha gustado lo que he encontrado. Te animo a seguir trabajando en tu proyecto.
ResponderEliminarIgualmente te invito a que te des un paseo por El zoco del escriba y compartamos un té con hierbabuena mientras charlamos de lo que prefieras.
Es un placer haberte descubierto.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Me alegro verte por aquí. Gracias por tus palabras hacia mi trabajo en este blog. Que si bien no es un trabajo remunerado, me cuesta un trabajo llevarlo a cabo. Un grato trabajo, tengo que decir. Porque llevo escribiendo toda la vida, aunque ahora hacía un tiempo que lo tenía olvidado, y necesitaba abrirme una ventana a la crítica. No te quepa duda que en breves me acercaré a tomarme un buen té.
EliminarEncantada de conocerte.
Tu visita es siempre bienvenida.
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