En aquel pasillo de hospital en su cabeza daba vuelta a mil
y una tramas que bullían sin cesar, gritaban en silencio, cada vez que los
sanitarios le miraban con cara de decir: “¡Aquí no puede quedarse!”
Jamás hubiera pensado que tendría que buscar la forma de
hacer trampa para quedarse en la cabecera de su padre y poder darle el último
adiós.
Pero ni tramas, ni trampas. Se fue … El, también se fue.
💔💔💔💔💔💔
¡Hola José! Tienes toda la razón cuando dijiste que mi segundo relato para el Reto cinco líneas, estaba en la misma línea del tuyo, pues los respectivos personajes están en el mismo ambiente: un hospital, y aquejados por el mismo mal. Dura realidad que se estará viviendo, por desgracia, en tantísimas partes.
ResponderEliminarMe ha dado mucho gusto visitar tu blog y leerte. ¿Eres maestro?
¡Un abrazo, deseando estés bien!
Sí, soy maestra. Y me encanta tener una nueva visita esta semana.
EliminarYo también deseo que tú y tus seres queridos estéis bien.
¡Hasta pronto!