domingo, 7 de junio de 2020

El escondite secreto


  Hace rato que no lo oigo. De pronto ha dejado de llamarme. Él no sabe mi escondite. Solo mamá y yo sabemos que existe. Es mi club secreto donde me escondo cuando todo me asusta. Como ahora. He llamado a tía Carmen peor no me ha respondido. Luego le he mandado un wasap, he puesto el móvil en silencio para que no me delate. Todo esto lo he ensayado con mamá muchas veces. Ella decía que era un juego de supervivencia.
Tengo que estar quieto, le acabo de oír entrar en mi cuarto. Ha abierto el armario. Pero no encontrará la entrada. Lo sabía. Está abriendo los cajones de la cama, podría estar dentro, podría caber. Respira fuerte, parece que llora, o está enfadado… no sé.
 Se aleja llamándome otra vez. “No tengas miedo, cariño. Puede explicarlo”— y su voz se oye cada vez menos. Creo que me he hecho pis. No puedo parar mis piernas. hace un rato pensé que oiría el ruido que hacen mis dientes al chocar, no puedor para con mi boca, la espalda me duele de golpearme con la pared, tampoco puedo parar con eso. Estoy tan cansado de esconderme…
—¿Y usted es? —pregunta un agente a la mujer que acaba de llegar.
—Soy Carmen, su hija —contesta mirando al anciano que tembloroso mira a su alrededor como sin entender nada.
—Su padre nos ha llamado, dice haber matado accidentalmente a su hija mientras limpiaba su arma.
—¡Dichosa pistola! Le quitábamos una y aparecía con otra. —Rompe a llorar desconsolada. El anciano la mira y ella responde mirándolo con desprecio—. Pasó lo mismo con mamá, ¿otro accidente?
Entra dentro de la casa acompañada por los agentes y se sientan en el salón. El anciano parece ido, inofensivo. Llora desconsolado, tapándose la cara con las manos:” fue sin querer” —repite sin cesar.
Carmen relata que su madre murió de la misma manera, mientras él limpiaba su arma. Ya había empezado con las ausencias y su madre les había contado que no era el mismo, que le daba miedo. Tras el accidente, su hermana decidió llevárselo a casa.
—Papá no es el que era —le dijo intentando disuadirla —. Cuántas veces nos ha dicho mamá que a veces le asusta su comportamiento. Y está Lucas…
—Lucas estará bien. Yo trabajo es casa. Nunca estará solo con él.
—Puede permitirse una residencia.
Pero Lucía le había prometido a su madre que cuidaría de él si ella faltaba y se lo llevó a casa. También ella comentaba que a veces era algo agresivo. Estaba pensándose lo de la residencia.
—Entonces usted no cree que sea accidental —pregunta de nuevo el agente.
—Sí, un accidente. Dos accidentes iguales. —De pronto Carmen repara en que no ha visto a Lucas, su sobrino—.  ¿Y el niño? Él me ha pedido que viniera.
Se levanta del sofá y sube al piso de arriba gritando su nombre.
—¡Lucas!, ¡Lucas! ¿dónde estás, cariño?
Pero el niño no aparece. Lo busca por todas partes y no lo encuentra. Cuando la policía se va, la ambulancia se lleva a su hermana, y su padre duerme en la residencia donde sabrán como cuidarle, ella vuelve a la casa de su hermana. Su padre repite que el pequeño lo ha visto todo. La policía supone que habrá salido huyendo y que cuando se haga de noche volverá. Entra y se tumba en el sofá. El sonido del móvil la despierta.
—¡Lucas! Estoy en tu casa, ¿dónde estás tú?
—En mi cuarto tía. Me quedé dormida.
Carmen sube rápido y ve como su sobrino sale del armario. Se abrazan y los dos lloran desconsolados, soltando todos los nervios. Mientras le da un baño caliente, relajante, le explica al niño que su madre está mal herida, la han llevado al hospital la están operando.
 Él le desvela el secreto de su escondite, un doble fondo de armario, y le cuenta todo lo que pasó hasta quedarse dormido.
Lo mete en la cama y se duerme tranquilo. No ha querido comer nada. A ratos la voz le temblaba y cualquier ruido le sobresaltaba.
— Duerme tranquilo. Lucas. El yayo no puede hacerte daño.
Le llaman de la residencia tendrá que ir a firmar los papeles. Le harán una revisión completa. Diagnosticarán el alcance de la enfermedad en su padre. Tardarán tiempo.
Tiempo. También Lucas necesitará tiempo para recuperarse.  Su madre no volverá.
¿Cuánto tardará en olvidar?
¿Olvidará?
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Reto #23.Un niño ve cómo su abuelo mata a su madre. Explica el terror que siente al presenciar todo y por temer que le encuentre. 52 retos literup 2020.
No estoy del todo conforme con el relato, pero quiero cumplir con el reto ya no tengo más tiempo para publicar. Así se queda.

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