La magia creció dentro de ella sin que pudiera darse cuenta. Acompañaba sus sueños, sus despertares, sus amistades, sus amores. En ocasiones presentía los acontecimientos antes de que llegasen y disfrutaba antes y después. Sin embargo, otras veces, era conocedora de verdaderos dramas incontables, que no podía compartir con nadie, y sufría, también, doblemente.
Por eso, si quieres,
quiérete, así, sin más.
A veces envidiamos lo que no conocemos.
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