Decido salir a estirar las piernas tras el duro día. Me acerco al pequeño bosque cercano a mi casa. Al adentrarme, en mis oídos se mezclan el cruch, cruch de las hojas bajo mis pies con el fuuuuuui, fuuuuuuui, del viento entre los árboles. Anochece. Unos animalillos desaparecen y otros se empiezan a escuchar: “Cri, cri, cri... “
¡Bruuu! La noche se mete hasta los huesos, congelándome.
Noviembre se anuncia frío y lluvioso. Lo huelo. A tierra mojada. A aire fresco,
húmedo.
Decido volver a casa. Ya la oscuridad me envuelve. Esa calma
que me ha acompañado hasta hace poco se interrumpe de golpe al acercarme a
casa. Los motores de coches y motos, los cláxones, la música que sale de algún
bar, los murmullos de la gente sentada en las terrazas. Estoy a punto de darme
la vuelta y volver a perderme en el silencio y tranquilidad cuando aparece
frente a mi, saltando y girando a mi alrededor. Me agacho a acariciarlo: ¡guau,
guau! Me esperaba, intuyo, para compartir como ha ido su día.
—Íbamos a tu encuentro, nos parecía que tardabas.
—Creía que se os haría más tarde en el veterinario.
—Al final, no era nada. Una pequeña piedrita clavada en su
pezuña.
Nos vamos los tres a casa, después de dejarle un rato de
correteo por la plazoleta. Aquí vuelvo a la tranquilidad. Sus ladridos, jugueteos,
nuestras risas, confidencias…
Ay ojala existiera un eterno otoño :( jajaja en donde vivo esta haciendo un calor espantoso y eso que todavía no estamos en verano >_<
ResponderEliminarUn beso Jose desde Plegarias en la Noche.
¿Dónde vives? Estoy contigo. El otoño es una estación perfecta. Bueno, lo sería si existiera. Aquí en Zaragoza, pasamos de verano a prácticamente el invierno. Bien poquito otoño disfrutamos.
EliminarSaludos
¡Hola!
ResponderEliminarQué bonito relato, amando tus letras. Te cuento que cree un Blog de escritura por su quieres pasarte: http://writingfliving.blogspot.com/
¡Nos seguimos leyendo!
Me encanta encontrarte entre mis letras. Gracias por tus comentarios.
EliminarPor supuesto, ¡Nos leemos!
(Ahora mismo me voy a visitar tu blog de escritura).
Tu relato me ha transportado a ese paseo por el bosque. Muy lindo . Un gran abrazo .
ResponderEliminarMe alegro que, aunque un poquito, mi relato transmita lo que pretendía.
EliminarSaludos.
¡Hola, Jose!
ResponderEliminarMe encantó tu relato, casi que pude sentir el otoño... el crujir de las hojas, el olor a humedad.
En otoño los bosques se tornan realmente mágicos :)
Un fuerte abrazo.
Gracias por tus palabras. Me alegro poder transmitir lo que me propongo. Y evocar el otoño, era uno de mis propósitos.
EliminarUn saludo
Es obvio que te has inspirado en el estupendo recurso de las onomatopeyas que le dan sonido a las palabras y desde luego el resultado de tu ejercicio es brillante.
ResponderEliminarHay coherencia y la historia funciona como una orquesta sinfónica que acaricia las palabras y agudiza el sentido del oído a media que transcurre la lectura.
Un abrazo, Jose.
Gracias por tu comentario. Aunque el relato sea corto, me costó conseguir lo que quería transmitir. Por eso me alegro de haberlo conseguito, aunque sea un poquito.
EliminarUn saludo.
Precioso relato :)
ResponderEliminarCortito, pero tierno. Me alegro que te guste.
EliminarBuen fin de semana!